COMENTARIO
La curiosidad
Aquel muchacho que tuvo que trabajar en el campo por necesidad quiso seguir el camino de otros compañeros de escuela que se habían ido al seminario, pero no le dieron esa opción y creció con la ilusión puesta en el arado, y en este tiempo se doblaba en la besana queriéndola ver por si había que quitar algún guiño, cogió bastante capacidad con una mano en la esteva y la otra en la hija y ramales no siendo estas sus raíces, pues toda su familia se había dedicado al pastoreo donde se curten las manos con el frio y se aguantaba el capote de lana mojado, porque los plásticos vinieron muchos después, en aquella época había pocas diversiones para la juventud en el pueblo, ir al cine por semana o ir a la taberna a cantar o a oír de cantar, y muchas veces salir en estado de gracia, y por lo menos experimentar de saber que era salir de la taberna colocado, después de aquella juventud vivida en el pueblo con ilusión tuvo que irse a cumplir el servicio militar, que por cierto sirvió en caballería en la Unidad de Hoyo de Manzanares, hasta que vinieron los destinos y fue a la Escuela de Estado Mayor de Santa Cruz de Marcenado, Jolines, aquello era un Hotel de cuatro estrellas para los que nunca habíamos comido en plato, y allí estaba como agregado, porque tenía que cuidar cuatro caballos de un mando del ejercito, pero que bien se lo paso, aprendiendo a montar a caballo y llegando a ser un buen jinete, y pasearse por el paseo Rosales cuando bajaba y subía de la Cruz de Campo, que tiempos aquellos y cuanto aprendimos, por que el servicio militar tan denostado al presente era para la juventud de los pueblos una oportunidad de salir del pueblo, y convivir con jóvenes de otras partes que llegaban de la piel de toro, después de licenciarse ya sabia lo que le tocaba marchar a la gran capital, porque había necesidad de mano de obra esto era una oportunidad que no había que desperdiciar allí se forjaron muchos hombres que llegaron a la jubilación con éxito, pero siempre me pico la curiosidad de ir preguntando a muchos que cogían los puestos de oficiales, y veía que muchos de ellos habían adquirido la cultura en los seminarios y en los conventos, pues de aquí salieron muchos de los que primeramente estuvieron en los sindicatos, pues recibieron la cultura y no llegaron a caricantanos, pues se quedaron en puertas porque no tenían vocación. Pero un servidor descubrió como habían llegado, a adquirir cierta cultura que de ella se aprovecharon.
La curiosidad
Aquel muchacho que tuvo que trabajar en el campo por necesidad quiso seguir el camino de otros compañeros de escuela que se habían ido al seminario, pero no le dieron esa opción y creció con la ilusión puesta en el arado, y en este tiempo se doblaba en la besana queriéndola ver por si había que quitar algún guiño, cogió bastante capacidad con una mano en la esteva y la otra en la hija y ramales no siendo estas sus raíces, pues toda su familia se había dedicado al pastoreo donde se curten las manos con el frio y se aguantaba el capote de lana mojado, porque los plásticos vinieron muchos después, en aquella época había pocas diversiones para la juventud en el pueblo, ir al cine por semana o ir a la taberna a cantar o a oír de cantar, y muchas veces salir en estado de gracia, y por lo menos experimentar de saber que era salir de la taberna colocado, después de aquella juventud vivida en el pueblo con ilusión tuvo que irse a cumplir el servicio militar, que por cierto sirvió en caballería en la Unidad de Hoyo de Manzanares, hasta que vinieron los destinos y fue a la Escuela de Estado Mayor de Santa Cruz de Marcenado, Jolines, aquello era un Hotel de cuatro estrellas para los que nunca habíamos comido en plato, y allí estaba como agregado, porque tenía que cuidar cuatro caballos de un mando del ejercito, pero que bien se lo paso, aprendiendo a montar a caballo y llegando a ser un buen jinete, y pasearse por el paseo Rosales cuando bajaba y subía de la Cruz de Campo, que tiempos aquellos y cuanto aprendimos, por que el servicio militar tan denostado al presente era para la juventud de los pueblos una oportunidad de salir del pueblo, y convivir con jóvenes de otras partes que llegaban de la piel de toro, después de licenciarse ya sabia lo que le tocaba marchar a la gran capital, porque había necesidad de mano de obra esto era una oportunidad que no había que desperdiciar allí se forjaron muchos hombres que llegaron a la jubilación con éxito, pero siempre me pico la curiosidad de ir preguntando a muchos que cogían los puestos de oficiales, y veía que muchos de ellos habían adquirido la cultura en los seminarios y en los conventos, pues de aquí salieron muchos de los que primeramente estuvieron en los sindicatos, pues recibieron la cultura y no llegaron a caricantanos, pues se quedaron en puertas porque no tenían vocación. Pero un servidor descubrió como habían llegado, a adquirir cierta cultura que de ella se aprovecharon.
