Una cosa es lo que somos, y otra como nos ven los demás
Cuenta una leyenda que en la isla de Delfos había un templo dedicado a esta deidad (Delfos dios del mar) y en el dintel de la puerta de entrada había una inscripción que rezaba así: “Tu y tu mismo, conócete a ti mismo”. O sea que el hombre puede llegar a conocerse así mismo mediante la introspección, examinándose cuales son sus gustos y lo que rechaza por no gustarle.
Otra cosa es como nos ven los demás que aquí hay también muchas sugerencias si preguntásemos a los más cercanos como nos ven, estos darían su opinión, que variaría mucho de una persona a otra. Esta curiosidad también la tuvo Cristo cuando pregunto a los Apóstoles, “Quien dice la gente que soy Yo”. unos dicen que eres Elías, otros que eres un profeta, y Cristo dirigiéndose a Pedro le pregunto ¿y tu Pedro quien dices que soy Yo”. Pedro no titubeo y dijo Tú eres el Cristo el hijo de Dios vivo.
Cuenta una leyenda que en la isla de Delfos había un templo dedicado a esta deidad (Delfos dios del mar) y en el dintel de la puerta de entrada había una inscripción que rezaba así: “Tu y tu mismo, conócete a ti mismo”. O sea que el hombre puede llegar a conocerse así mismo mediante la introspección, examinándose cuales son sus gustos y lo que rechaza por no gustarle.
Otra cosa es como nos ven los demás que aquí hay también muchas sugerencias si preguntásemos a los más cercanos como nos ven, estos darían su opinión, que variaría mucho de una persona a otra. Esta curiosidad también la tuvo Cristo cuando pregunto a los Apóstoles, “Quien dice la gente que soy Yo”. unos dicen que eres Elías, otros que eres un profeta, y Cristo dirigiéndose a Pedro le pregunto ¿y tu Pedro quien dices que soy Yo”. Pedro no titubeo y dijo Tú eres el Cristo el hijo de Dios vivo.
