2. Estrés crónico
El estrés prolongado supone una liberación constante de cortisol, una hormona que, en exceso, puede inhibir la función de los glóbulos blancos y otras células inmunitarias. Existen técnicas de relajación como la meditación, el mindfulness o la respiración consciente que pueden ayudar a reducir el estrés crónico, al tiempo que protegen la función inmunitaria.
El estrés prolongado supone una liberación constante de cortisol, una hormona que, en exceso, puede inhibir la función de los glóbulos blancos y otras células inmunitarias. Existen técnicas de relajación como la meditación, el mindfulness o la respiración consciente que pueden ayudar a reducir el estrés crónico, al tiempo que protegen la función inmunitaria.