6. Estar activo
El ejercicio regular de bajo impacto, como caminar, nadar o andar en bicicleta, ayuda a mantener las articulaciones flexibles. De igual manera, fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones también reduce el estrés sobre ellas.
7. Aplicar frío y calor
El uso de apósitos fríos, o las duchas con agua fría, pueden reducir la inflamación, mientras que el calor seco puede relajar los músculos y aumentar el flujo sanguíneo en la articulación afectada.
8. Mantener una buena postura
Mantener una buena postura ayuda a reducir la presión en las articulaciones. Además, hay que evitar permanecer en una misma posición durante mucho tiempo para prevenir la rigidez articular.
9. Llevar una alimentación saludable
Consumir una dieta equilibrada, con alimentos ricos en ácidos grasos Omega-3 (como el pescado azul), y ricos en antioxidantes (frutas y verduras), ayuda a disminuir la inflamación. También puede ayudar el consumo de infusiones, como Herbodiet Cuida tus articulaciones: con jengibre, cúrcuma, harpagofito, cola de caballo y vitaminas, que contribuye a cuidar las articulaciones y mejorar los problemas inflamatorios del aparato locomotor.
10. Usar ayudas ortopédicas
En determinados casos, el uso de soportes, como plantillas ortopédicas, consigue alinear correctamente las articulaciones y reduce la sobrecarga.
Sonia Clavería, Médica de Familia del Departamento Técnico de noVadiet señala que: Es importante cuidar las articulaciones antes de que el dolor nos limite. Mantenerse activo, llevar una buena alimentación y estar atento a los primeros signos de malestar puede marcar una gran diferencia. Nunca hay que subestimar el poder de los pequeños cambios y el hecho de tomar medidas preventivas porque es el primer paso para disfrutar de una vida sin limitaciones. Cada esfuerzo que se haga hoy tiene un impacto positivo en nuestro bienestar futuro.
El ejercicio regular de bajo impacto, como caminar, nadar o andar en bicicleta, ayuda a mantener las articulaciones flexibles. De igual manera, fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones también reduce el estrés sobre ellas.
7. Aplicar frío y calor
El uso de apósitos fríos, o las duchas con agua fría, pueden reducir la inflamación, mientras que el calor seco puede relajar los músculos y aumentar el flujo sanguíneo en la articulación afectada.
8. Mantener una buena postura
Mantener una buena postura ayuda a reducir la presión en las articulaciones. Además, hay que evitar permanecer en una misma posición durante mucho tiempo para prevenir la rigidez articular.
9. Llevar una alimentación saludable
Consumir una dieta equilibrada, con alimentos ricos en ácidos grasos Omega-3 (como el pescado azul), y ricos en antioxidantes (frutas y verduras), ayuda a disminuir la inflamación. También puede ayudar el consumo de infusiones, como Herbodiet Cuida tus articulaciones: con jengibre, cúrcuma, harpagofito, cola de caballo y vitaminas, que contribuye a cuidar las articulaciones y mejorar los problemas inflamatorios del aparato locomotor.
10. Usar ayudas ortopédicas
En determinados casos, el uso de soportes, como plantillas ortopédicas, consigue alinear correctamente las articulaciones y reduce la sobrecarga.
Sonia Clavería, Médica de Familia del Departamento Técnico de noVadiet señala que: Es importante cuidar las articulaciones antes de que el dolor nos limite. Mantenerse activo, llevar una buena alimentación y estar atento a los primeros signos de malestar puede marcar una gran diferencia. Nunca hay que subestimar el poder de los pequeños cambios y el hecho de tomar medidas preventivas porque es el primer paso para disfrutar de una vida sin limitaciones. Cada esfuerzo que se haga hoy tiene un impacto positivo en nuestro bienestar futuro.