En 2025, el Día Mundial del Refugiado se enfocará en la solidaridad con los refugiados.
Esto implica honrar a las personas refugiadas no solo con palabras, sino también con acciones; exige escucharlas y abrir paso a sus historias; y entraña defender el derecho a solicitar protección y encontrar soluciones a la situación en que se encuentran los refugiados, o sea, poner fin a los conflictos para que puedan volver a sus lugares de origen en condiciones seguras.
Asimismo, supone que las personas refugiadas tengan la oportunidad de prosperar en las comunidades que les han dado acogida. Por otra parte, conlleva proporcionar a los países los recursos que requieren para incluir y asistir a los refugiados.
Ante todo, la solidaridad comporta decir, clara y contundentemente, que las personas refugiadas no están solas y que no les daremos la espalda.
Esto implica honrar a las personas refugiadas no solo con palabras, sino también con acciones; exige escucharlas y abrir paso a sus historias; y entraña defender el derecho a solicitar protección y encontrar soluciones a la situación en que se encuentran los refugiados, o sea, poner fin a los conflictos para que puedan volver a sus lugares de origen en condiciones seguras.
Asimismo, supone que las personas refugiadas tengan la oportunidad de prosperar en las comunidades que les han dado acogida. Por otra parte, conlleva proporcionar a los países los recursos que requieren para incluir y asistir a los refugiados.
Ante todo, la solidaridad comporta decir, clara y contundentemente, que las personas refugiadas no están solas y que no les daremos la espalda.