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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: El Logos y los seres espirituales...

El Logos y los seres espirituales

El concepto del Logos, como fuerza racional vigente en el universo, era familiar para los hombres cultos del paganismo; y la utilización de esa palabra tampoco era nueva en la teología cristiana. La creatividad de Justino radica en la manera de identificar al Cristo con el Logos, como la chispa divina que aviva el intelecto en cada hombre.​ Esto conduce a Justino a proponer que toda verdad y virtud tengan origen en el Cristo, aun cuando la persona que actúe virtuosamente no sea cristiana.​ Por este motivo cree que la veneración del Logos sea la única actitud razonable. Es precisamente para justificar la veneración de Cristo que Justino emplea la idea del Logos,​ que es, en esencia, una unidad con el Dios Padre, aunque distinto en personalidad.​ Si el Padre es inefable y trascendente, externo al universo, el Logos encarnado sortea el abismo entre Dios y los hombres, como mediador.​

A diferencia del Dios Padre no engendrado, Justino entiende al Logos como engendrado:

La Palabra … por ser ella ese mismo Dios engendrado del Padre del universo.

Diálogo con Trifón LXI

Con respecto al culto de los ángeles, Justino trae uno de los primeros testimonios:​ considera que los seres espirituales tienen cierta relación con la materia y que pueden influir en el mundo, particularmente los demonios incitando a los hombres al mal.​ Algunos pasajes son motivo de controversia por su interpretación,​ para dilucidar en qué sentido Justino considera a los ángeles semejantes a Cristo y dignos de ser también homenajeados:

[Nos llaman] ateos; y, si de esos supuestos dioses se trata, confesamos ser ateos; pero no respecto del Dios verdaderísimo … A Él y al Hijo, que de Él vino y nos enseñó todo esto, y al ejército de los otros ángeles buenos que le siguen y le son semejantes, y al Espíritu Profético, les damos culto y adoramos, honrándolos con razón y verdad.

Primera Apología VI

Los autores modernos sugieren no interpretar más allá de lo que el texto dice literalmente, ya que su concepción acerca de los ángeles y los demonios es análoga a la de los evangelios sinópticos.