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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Libros teológicos...

Libros teológicos

En su propio tiempo también era conocido por sus comentarios bíblicos y obras exegéticas y teológicas. La mayoría de sus escritos eran de este tipo y abarcaban el Antiguo y el Nuevo Testamento.​ La mayoría sobrevivió a la Edad Media, pero unos pocos se perdieron. Fue por sus escritos teológicos que obtuvo el título de Doctor Anglorum y la razón por la que fue declarado santo.​

Sintetizó y transmitió la enseñanza de sus predecesores e hizo innovaciones cuidadosas y juiciosas del conocimiento, como recalcular la edad de la tierra —motivo por el que fue censurado antes de enfrentar acusaciones de herejía, hasta que el arzobispo James Ussher defendió sus puntos de vista en el XVI—, que tuvieron implicaciones teológicas. Para hacer esto, estudió griego e intentó aprender hebreo. Pasó tiempo leyendo y escudriñando tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. Mencionó que había empezado con un texto de la Vulgata de Jerónimo, que se basaba en el texto hebreo. También estudió a los padres latinos y griegos de la Iglesia. En la biblioteca monástica de Jarrow había numerosos libros de teólogos, como obras de Basilio, Juan Casiano, Juan Crisóstomo, Isidoro de Sevilla, Orígenes, Gregorio Nacianceno, Agustín de Hipona, Jerónimo, el papa Gregorio I, Ambrosio de Milán, Casiodoro y Cipriano,​ utilizadas a la par de los propios textos bíblicos para escribir sus comentarios y otras obras teológicas.​ Tenía una traducción al latín por Evagrio de la Vida de Antonio de Atanasio y una copia de la Vida de san Martín de Sulpicio Severo.​ También utilizó escritores menos conocidos, como Fulgencio, Juliano de Eclana, Ticonio y Próspero de Aquitania. Beda fue el primero en referirse a Jerónimo, Agustín, Gregorio I y Ambrosio como los cuatro padres latinos de la Iglesia.​ Sus propios comentarios explican que su llamamiento era explicar a sus alumnos y lectores la teología y los pensamientos de los padres de la Iglesia.​ También escribió homilías para explicar la teología utilizada en los servicios de adoración. También sobre las principales estaciones cristianas como el Adviento, la Cuaresma o la Pascua, así como sobre otros temas como aniversarios de eventos significativos.

Sus obras teológicas de estos géneros circularon ampliamente en la Edad Media. Varios de sus comentarios bíblicos se incorporaron a la Glossa Ordinaria, una colección de comentarios bíblicos del siglo XI. Algunas de sus homilías fueron recopiladas por Pablo el Diácono y se utilizaron en este formato en el oficio monástica. Bonifacio utilizó esas homilías en sus esfuerzos misioneros en el continente.​

También incluyó en algunos libros de teología un reconocimiento a los predecesores de cuyas obras se basó. En dos casos dejó instrucciones de que sus notas marginales, que daban detalles de sus fuentes, debían ser preservadas por el copista; también pudo haber agregado comentarios al margen sobre sus fuentes a otras de sus obras. En los casos donde no dejaba comentarios, aún era posible identificar los libros a los que habría tenido acceso mediante las citas textuales que usó. No se puede reconstruir un catálogo completo de la biblioteca disponible en el monasterio en ese tiempo, pero se puede afirmar, por ejemplo, que Beda estaba muy familiarizado con las obras de Virgilio. Hay poca evidencia de que tuvo acceso a cualquier otro de los escritores paganos latinos; citó a muchos de estos escritores, pero las menciones se encuentran casi en las gramáticas latinas que eran comunes en su día y que alguna de esas obras probablemente habría estado en el monasterio. Otra dificultad es que los manuscritos de los primeros escritores muchas veces estaban incompletos: es evidente que consultó a la Enciclopedia de Plinio, por ejemplo, pero parece que la versión que tenía le faltaba el tomo XVIII, ya que no lo citó en su De temporum ratione.

Entre sus obras teológicas están Comentario sobre la Revelación,​ Comentario sobre las epístolas católicas,​ Comentario sobre los Hechos, Reconsideración sobre los Libros de los Hechos,​ Sobre el Evangelio de Marcos, Sobre el Evangelio de Lucas y Homilías sobre los Evangelios.​ En el momento de su muerte estaba trabajando en una traducción del Evangelio de Juan al inglés,​ que la venía haciendo en los últimos cuarenta días de su vida. Cuando tradujo el último pasaje, dijo: «Todo está terminado».​ Entre las obras relacionadas con el Antiguo Testamento están Comentarios sobre Samuel,​ Comentarios sobre el Génesis,​ Comentarios sobre Esdras y Nehemías, Sobre el Templo, Sobre el Tabernáculo,​ Comentarios sobre Tobit, Comentarios sobre los Proverbios,​ comentarios sobre el Cantar de los Cantares, Comentarios sobre el cántico de Habacuc.​ Las obras sobre Esdras, el Tabernáculo y el Templo fueron muy influenciadas por los escritos de Gregorio I.