Obra
Entre algunas de las cosas que escribió fue sobre ciencia, historia y teología, abarcando desde la música y la métrica hasta comentarios exegéticos de las Escrituras. Conocía la literatura patrística, así como a Plinio el Viejo, Virgilio, Lucrecio, Ovidio, Horacio y otros escritores clásicos. Sabía algo de griego. Sus comentarios bíblicos emplearon el método alegórico de interpretación y su Historia eclesiástica incluye relatos de milagros, que para los historiadores modernos, parecen estar en desacuerdo con su enfoque crítico de las fuentes de su obra. Los estudios modernos han demostrado el rol clave que tales conceptos desempeñaron en la visión del mundo de los eruditos medievales tempranos. Dedicó un trabajo sobre el Apocalipsis y el De temporum ratione a Hwaetbert, sucesor de Ceolfrido en la abadía.
Aunque en la actualidad es identificado principalmente como un historiador, en su tiempo sus obras sobre gramática, cronología y estudios bíblicos fueron tan importantes como sus trabajos históricos y hagiográficos. Las obras no históricas contribuyeron en gran medida al Renacimiento carolingio. Se le atribuye la escritura de un penitencial, llamado Paenitentiale Bedae, aunque se cuestiona su autoría sobre este libro.
Entre algunas de las cosas que escribió fue sobre ciencia, historia y teología, abarcando desde la música y la métrica hasta comentarios exegéticos de las Escrituras. Conocía la literatura patrística, así como a Plinio el Viejo, Virgilio, Lucrecio, Ovidio, Horacio y otros escritores clásicos. Sabía algo de griego. Sus comentarios bíblicos emplearon el método alegórico de interpretación y su Historia eclesiástica incluye relatos de milagros, que para los historiadores modernos, parecen estar en desacuerdo con su enfoque crítico de las fuentes de su obra. Los estudios modernos han demostrado el rol clave que tales conceptos desempeñaron en la visión del mundo de los eruditos medievales tempranos. Dedicó un trabajo sobre el Apocalipsis y el De temporum ratione a Hwaetbert, sucesor de Ceolfrido en la abadía.
Aunque en la actualidad es identificado principalmente como un historiador, en su tiempo sus obras sobre gramática, cronología y estudios bíblicos fueron tan importantes como sus trabajos históricos y hagiográficos. Las obras no históricas contribuyeron en gran medida al Renacimiento carolingio. Se le atribuye la escritura de un penitencial, llamado Paenitentiale Bedae, aunque se cuestiona su autoría sobre este libro.