2. Causas del síndrome del ojo seco
Las causas que desencadenan el síndrome del ojo seco son variadas. En ocasiones, se presenta una combinación de varias:
Envejecimiento y alteraciones hormonales
Con la edad las glándulas responsables de la producción de lágrimas disminuyen su eficiencia y, en las mujeres, las fluctuaciones hormonales pueden disminuir tanto la cantidad como la calidad de las lágrimas, especialmente en la etapa posmenopáusica.
Medicamentos y tratamientos médicos
Fármacos como antihistamínicos, antidepresivos, diuréticos y medicamentos para la hipertensión, entre otros, pueden interferir en la producción natural de lágrimas.
Factores ambientales
La exposición a ambientes con baja humedad, el aire acondicionado, la calefacción o el viento acelera la evaporación de la película lagrimal. También las personas que residen o que trabajan en lugares con condiciones ambientales extremas, como un aire excesivamente seco o contaminado, tienen una mayor predisposición a sufrir de ojo seco.
Uso intensivo de dispositivos electrónicos
El tiempo prolongado frente a pantallas de ordenadores, smartphones o tabletas reduce la frecuencia del parpadeo, lo que impide una distribución uniforme de las lágrimas.
Uso de lentes de contacto
El uso prolongado o inadecuado de lentillas puede favorecer al desequilibrio de la distribución homogénea de la película lagrimal.
Enfermedades autoinmunes
Trastornos como el síndrome de Sjögren provocan que el sistema inmunitario ataque las glándulas encargadas de producir lágrimas.
Disfunción de las glándulas de Meibomio
El mal funcionamiento de estas glándulas, encargadas de producir la capa lipídica de la película lagrimal, puede llevar a una rápida evaporación de las lágrimas.
Las causas que desencadenan el síndrome del ojo seco son variadas. En ocasiones, se presenta una combinación de varias:
Envejecimiento y alteraciones hormonales
Con la edad las glándulas responsables de la producción de lágrimas disminuyen su eficiencia y, en las mujeres, las fluctuaciones hormonales pueden disminuir tanto la cantidad como la calidad de las lágrimas, especialmente en la etapa posmenopáusica.
Medicamentos y tratamientos médicos
Fármacos como antihistamínicos, antidepresivos, diuréticos y medicamentos para la hipertensión, entre otros, pueden interferir en la producción natural de lágrimas.
Factores ambientales
La exposición a ambientes con baja humedad, el aire acondicionado, la calefacción o el viento acelera la evaporación de la película lagrimal. También las personas que residen o que trabajan en lugares con condiciones ambientales extremas, como un aire excesivamente seco o contaminado, tienen una mayor predisposición a sufrir de ojo seco.
Uso intensivo de dispositivos electrónicos
El tiempo prolongado frente a pantallas de ordenadores, smartphones o tabletas reduce la frecuencia del parpadeo, lo que impide una distribución uniforme de las lágrimas.
Uso de lentes de contacto
El uso prolongado o inadecuado de lentillas puede favorecer al desequilibrio de la distribución homogénea de la película lagrimal.
Enfermedades autoinmunes
Trastornos como el síndrome de Sjögren provocan que el sistema inmunitario ataque las glándulas encargadas de producir lágrimas.
Disfunción de las glándulas de Meibomio
El mal funcionamiento de estas glándulas, encargadas de producir la capa lipídica de la película lagrimal, puede llevar a una rápida evaporación de las lágrimas.