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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Leyenda...

Leyenda

Se dice que Santa Felicitas fue una noble matrona cristiana rica y piadosa, que tuvo siete hijos. Se dedicó a obras de caridad y con su ejemplo convirtió a muchos a la fe cristiana. Esto despertó la ira de los sacerdotes paganos que presentaron una denuncia contra ella ante el emperador Marco Aurelio. Estos sacerdotes hicieron valer la ira de los dioses y exigieron sacrificios a Felicitas y sus hijos. El Emperador accedió a su demanda y Felicitas fue llevada ante Publio, el Prefecto de Roma. Llevando a Felicitas a un lado, utilizó varias súplicas y amenazas en un intento fallido de lograr que adorara a los dioses paganos. Tampoco tuvo éxito con sus siete hijos, que siguieron el ejemplo de su madre.

Ante el prefecto Publio se adhirieron firmemente a su religión y fueron entregados a cuatro jueces, quienes los condenaron a diversas formas de muerte. La división de los mártires entre cuatro jueces corresponde a los cuatro lugares de su entierro. Ella sólo imploró a Dios que no la mataran delante de sus hijos, para poder animarlos durante su tortura y muerte para que no negaran a Cristo. Con alegría acompañó a sus hijos uno a uno hasta presenciar la muerte de los siete. No estamos del todo seguros de cómo murió cada uno de ellos, pero se dice que Januarius, el mayor, fue azotado hasta la muerte; Félix y Felipe fueron golpeados con garrotes hasta morir; Silvanus cayó de cabeza por un precipicio; y los tres más jóvenes, Alejandro, Vitalis y Marcialis, fueron decapitados. Después de cada ejecución se le dio la oportunidad de denunciar su fe. Ella se negó a actuar en contra de su conciencia y por eso también sufrió el martirio. Se dice que murió ocho veces. Una por cada vez que presencio la muerte de sus hijos, y finalmente la suya. Fue enterrada en las catacumbas de Máximo en la Vía Salaria, junto a San Silvano.