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El 8 de diciembre de 1878 sor Ángela pronunció sus votos perpetuos en una misa del sacerdote Álvarez
Con los escritos de sor Ángela, el sacerdote Álvarez elaboró una publicación de las reglas. Sor Ángela entregó a cada monja un ejemplar. Estas fueron aprobadas por el arzobispo Lluch el 8 de mayo de 1879.
El 15 de abril de 1880 siete monjas, acompañadas por sor Ángela y el sacerdote Álvarez, fundaron un convento en Carmona. Fue puesto bajo la protección de san Juan de Dios. Para la inauguración, se celebró una misa solemne en la Iglesia del Salvador y luego se llevó el Santísimo Sacramento a la capilla del convento.
En agosto de 1880 Lluch comunicó a Marcelo Spínola su nombramiento como obispo auxiliar de Sevilla, siendo un colaborador de las hermanas.
Gracias a las donaciones de varios benefactores, entre los cuales estaba el arzobispo, las monjas adquirieron una nueva casa situada en el número 12 de la calle Cervantes. Se trasladaron a la nueva sede el 15 de diciembre de 1881. El 12 de mayo de 1882 murió el sacerdote Álvarez. El obispo auxiliar, Marcelo Spínola, pasó a ofrecerles asistencia espiritual hasta que hubiera algún sacerdote para ello.
El 6 de julio de 1883 Marcelo Spínola nombró director espiritual de las monjas al sacerdote José Rodríguez Soto, que antes había estado en el noviciado de los jesuitas en Murcia.
El instituto religioso que fundó consideraba a sor Ángela de la Cruz la "madre" y Josefa González la "abuelita". Estaba considerada una cristiana ejemplar. 90 Josefa murió el 15 de agosto de 1882.
El 3 de diciembre de 1887 la comunidad de Sevilla se trasladó a una nueva sede, en la calle Alcázares, actualmente llamada Santa Ángela de la Cruz. La capilla del convento fue bendecida por el arzobispo Ceferino González.
La infanta María Luisa de Borbón, que vivía en el Palacio de San Telmo desde 1849, fue amiga íntima de sor Ángela. Cuando falleció, en 1897, sus restos fueron enviados al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial amortajados con el hábito de las hermanas de la Cruz.
En 1890 el arzobispo Benito Sanz y Forés le pidió a sor Ángela y al sacerdote Rodríguez que consiguieran la aprobación de la Santa Sede a las reglas de la orden. El arzobispo fue nombrado cardenal y tuvo que viajar a Roma a recibir el capelo cardenalicio del papa León XIII. Le pidió a Rodríguez que le acompañase para encargarse de la aprobación de las constituciones, pero el sacerdote no pudo lograrlo.
Pilar Sánchez Arjona le pidió a sor Ángela que fundase un convento en su pueblo: Villafranca de los Barros, provincia de Badajoz, Extremadura. Como sor Ángela tenía muchas solicitudes, dijo que no podía pero que lo tendría en cuenta para el futuro. Pilar y el párroco, Inocente Guerrero, decidieron seguir con el proyecto. Expusieron a sor Ángela la necesidad que tenían y la bondad con la que las acogerían sus habitantes. Sor Ángela mandó a tres monjas para que ayudasen en el hospital, para que atendiesen a las niñas huérfanas y visitasen a los necesitados. Se arregló una casa y llegaron seis monjas más, acompañadas por sor Ángela y el sacerdote Rodríguez. La fundación del nuevo convento tuvo lugar el 8 de junio de 1890. Fue puesto bajo la protección de san Cayetano. Sor Ángela visitó este convento en varias ocasiones. Fue el primero fundado fuera de la región de Andalucía.
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El 8 de diciembre de 1878 sor Ángela pronunció sus votos perpetuos en una misa del sacerdote Álvarez
Con los escritos de sor Ángela, el sacerdote Álvarez elaboró una publicación de las reglas. Sor Ángela entregó a cada monja un ejemplar. Estas fueron aprobadas por el arzobispo Lluch el 8 de mayo de 1879.
El 15 de abril de 1880 siete monjas, acompañadas por sor Ángela y el sacerdote Álvarez, fundaron un convento en Carmona. Fue puesto bajo la protección de san Juan de Dios. Para la inauguración, se celebró una misa solemne en la Iglesia del Salvador y luego se llevó el Santísimo Sacramento a la capilla del convento.
En agosto de 1880 Lluch comunicó a Marcelo Spínola su nombramiento como obispo auxiliar de Sevilla, siendo un colaborador de las hermanas.
Gracias a las donaciones de varios benefactores, entre los cuales estaba el arzobispo, las monjas adquirieron una nueva casa situada en el número 12 de la calle Cervantes. Se trasladaron a la nueva sede el 15 de diciembre de 1881. El 12 de mayo de 1882 murió el sacerdote Álvarez. El obispo auxiliar, Marcelo Spínola, pasó a ofrecerles asistencia espiritual hasta que hubiera algún sacerdote para ello.
El 6 de julio de 1883 Marcelo Spínola nombró director espiritual de las monjas al sacerdote José Rodríguez Soto, que antes había estado en el noviciado de los jesuitas en Murcia.
El instituto religioso que fundó consideraba a sor Ángela de la Cruz la "madre" y Josefa González la "abuelita". Estaba considerada una cristiana ejemplar. 90 Josefa murió el 15 de agosto de 1882.
El 3 de diciembre de 1887 la comunidad de Sevilla se trasladó a una nueva sede, en la calle Alcázares, actualmente llamada Santa Ángela de la Cruz. La capilla del convento fue bendecida por el arzobispo Ceferino González.
La infanta María Luisa de Borbón, que vivía en el Palacio de San Telmo desde 1849, fue amiga íntima de sor Ángela. Cuando falleció, en 1897, sus restos fueron enviados al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial amortajados con el hábito de las hermanas de la Cruz.
En 1890 el arzobispo Benito Sanz y Forés le pidió a sor Ángela y al sacerdote Rodríguez que consiguieran la aprobación de la Santa Sede a las reglas de la orden. El arzobispo fue nombrado cardenal y tuvo que viajar a Roma a recibir el capelo cardenalicio del papa León XIII. Le pidió a Rodríguez que le acompañase para encargarse de la aprobación de las constituciones, pero el sacerdote no pudo lograrlo.
Pilar Sánchez Arjona le pidió a sor Ángela que fundase un convento en su pueblo: Villafranca de los Barros, provincia de Badajoz, Extremadura. Como sor Ángela tenía muchas solicitudes, dijo que no podía pero que lo tendría en cuenta para el futuro. Pilar y el párroco, Inocente Guerrero, decidieron seguir con el proyecto. Expusieron a sor Ángela la necesidad que tenían y la bondad con la que las acogerían sus habitantes. Sor Ángela mandó a tres monjas para que ayudasen en el hospital, para que atendiesen a las niñas huérfanas y visitasen a los necesitados. Se arregló una casa y llegaron seis monjas más, acompañadas por sor Ángela y el sacerdote Rodríguez. La fundación del nuevo convento tuvo lugar el 8 de junio de 1890. Fue puesto bajo la protección de san Cayetano. Sor Ángela visitó este convento en varias ocasiones. Fue el primero fundado fuera de la región de Andalucía.
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