El siglo XIX
El siglo XIX fue llamado «el siglo de las libertades», un siglo de profundas transformaciones mundiales y revoluciones en todos los sentidos. Durante este tiempo las consecuencias más importantes de la Revolución francesa tomarían lugar especialmente con el avance de los nacionalismos en Europa y el nacimiento de las repúblicas americanas. Fue el siglo de las revoluciones industriales, el desarrollo del concepto moderno de democracia, el siglo de grandes inventos, del materialismo dialéctico y del impresionismo artístico. En el siglo XIX el capitalismo ya era un sistema que definía de manera sistemática todas las formas de vida sociales y además generaba injusticias entre las mayorías desposeídas. En ese contexto:
«Nadie ignora las condiciones infrahumanas en las que el obrero, y en particular las mujeres y los niños, se vieron forzados a trabajar».
Édouard Herr
Cuando don Bosco nació en 1815, el Imperio español, primero sometido a las ambiciones napoleónicas y después debilitado, se enfrentaba al avance del nacionalismo criollo en Hispanoamérica que llevaría al nacimiento de nuevas repúblicas declaradas varias décadas antes de la misma italiana y que jugarían un papel primordial en el desarrollo del carisma salesiano. Pero mientras América se liberaba del colonialismo europeo, África y Asia eran repartidas por ese mismo sistema colonial.
El siglo XIX fue llamado «el siglo de las libertades», un siglo de profundas transformaciones mundiales y revoluciones en todos los sentidos. Durante este tiempo las consecuencias más importantes de la Revolución francesa tomarían lugar especialmente con el avance de los nacionalismos en Europa y el nacimiento de las repúblicas americanas. Fue el siglo de las revoluciones industriales, el desarrollo del concepto moderno de democracia, el siglo de grandes inventos, del materialismo dialéctico y del impresionismo artístico. En el siglo XIX el capitalismo ya era un sistema que definía de manera sistemática todas las formas de vida sociales y además generaba injusticias entre las mayorías desposeídas. En ese contexto:
«Nadie ignora las condiciones infrahumanas en las que el obrero, y en particular las mujeres y los niños, se vieron forzados a trabajar».
Édouard Herr
Cuando don Bosco nació en 1815, el Imperio español, primero sometido a las ambiciones napoleónicas y después debilitado, se enfrentaba al avance del nacionalismo criollo en Hispanoamérica que llevaría al nacimiento de nuevas repúblicas declaradas varias décadas antes de la misma italiana y que jugarían un papel primordial en el desarrollo del carisma salesiano. Pero mientras América se liberaba del colonialismo europeo, África y Asia eran repartidas por ese mismo sistema colonial.