Relación con San Jerónimo
Paladio afirma que Santa Paula le fue a San Jerónimo de gran utilidad en sus trabajos bíblicos (véase Vulgata y traducciones de la Biblia), pues su padre le había enseñado el griego y en ella había aprendido suficiente hebreo en Palestina como para cantar los salmos en la lengua original. Además, San Jerónimo la había iniciado en las cuestiones exegéticas lo bastante para que Paula pudiese seguir con interés su discusión con el obispo Juan de Jerusalén sobre el origenismo. Aunque no fue designada como oficial de facto lo fue durante 15 siglos. 4Los enemigos de Jerónimo encontraron que sus denuncias respecto a la indulgencia clerical y su defensa de abnegación eran raros cuando ellos consideraban su íntima relación con Paula. Se ha sugerido que hubo una relación amorosa entre Jerónimo y Paula.
Una anécdota sobre san Jerónimo, con origen en el siglo XII, dice que el clero romano hostil a Jerónimo planeó expulsarlo de la ciudad por colocar ropa de mujer cerca de su cama. Cuando Jerónimo despertó en mitad de la noche para acudir al servicio de maitines, sin darse cuenta se vistió con aquellas ropas femeninas. Así que le acusaron de tener a una mujer en su cama. La historia reconoce, aunque al mismo tiempo lo desacredita como una maliciosa calumnia, la relación de Jerónimo con mujeres, como la clase de relación que se presume que tuvo con Paula.
Chaucer jugó con la relación entre Jerónimo y Paula cuando escribe el prólogo de la esposa de Bath. Chaucer hace que la esposa visite los mismos lugares de peregrinación que Paula, y hace que cite constantemente, no a autores clásicos, sino a Jerónimo. Muchos de sus comentarios son contra-argumentos a aquellos extendidos por san Jerónimo, principalmente en su obra Contra Joviniano.
Paladio, contemporáneo de Jerónimo, creía que Paula se veía entorpecida por Jerónimo: "Pues aunque ella era capaz de superar todo, teniendo grandes habilidades, él la entorpecía por su celo, habiéndola obligado a seguir su propio plan".
Paladio afirma que Santa Paula le fue a San Jerónimo de gran utilidad en sus trabajos bíblicos (véase Vulgata y traducciones de la Biblia), pues su padre le había enseñado el griego y en ella había aprendido suficiente hebreo en Palestina como para cantar los salmos en la lengua original. Además, San Jerónimo la había iniciado en las cuestiones exegéticas lo bastante para que Paula pudiese seguir con interés su discusión con el obispo Juan de Jerusalén sobre el origenismo. Aunque no fue designada como oficial de facto lo fue durante 15 siglos. 4Los enemigos de Jerónimo encontraron que sus denuncias respecto a la indulgencia clerical y su defensa de abnegación eran raros cuando ellos consideraban su íntima relación con Paula. Se ha sugerido que hubo una relación amorosa entre Jerónimo y Paula.
Una anécdota sobre san Jerónimo, con origen en el siglo XII, dice que el clero romano hostil a Jerónimo planeó expulsarlo de la ciudad por colocar ropa de mujer cerca de su cama. Cuando Jerónimo despertó en mitad de la noche para acudir al servicio de maitines, sin darse cuenta se vistió con aquellas ropas femeninas. Así que le acusaron de tener a una mujer en su cama. La historia reconoce, aunque al mismo tiempo lo desacredita como una maliciosa calumnia, la relación de Jerónimo con mujeres, como la clase de relación que se presume que tuvo con Paula.
Chaucer jugó con la relación entre Jerónimo y Paula cuando escribe el prólogo de la esposa de Bath. Chaucer hace que la esposa visite los mismos lugares de peregrinación que Paula, y hace que cite constantemente, no a autores clásicos, sino a Jerónimo. Muchos de sus comentarios son contra-argumentos a aquellos extendidos por san Jerónimo, principalmente en su obra Contra Joviniano.
Paladio, contemporáneo de Jerónimo, creía que Paula se veía entorpecida por Jerónimo: "Pues aunque ella era capaz de superar todo, teniendo grandes habilidades, él la entorpecía por su celo, habiéndola obligado a seguir su propio plan".