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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: El encuentro...

El encuentro

Es importante llamar a este episodio el encuentro, donde Pablo realmente vio a Cristo resucitado (1 Cor. 9:1 ¿No soy un apóstol? ¿No he visto a Jesús Señor nuestro? 1 Cor. 15:8 [Cristo] se apareció también a mí). No fue una visión o un sueño, fue un evento objetivo. La característica de "real" o "en la carne" que tiene este episodio es importantísima dado que es lo que convierte a Pablo en apóstol (uno de los requisitos es estar con Jesús resucitado).

Los que viajaban con Saulo vieron la luz, pero no escucharon a Cristo hablar (Hch. 22:9). Saulo, por otro lado, quedó temporalmente ciego a causa del encuentro con la Gloria de Dios, por lo que sus acompañantes tuvieron que guiarlo hasta la ciudad (Hch. 22:11). Tras esta fuerte vivencia, los hombres llegan a Damasco, donde Saulo se encuentra con Ananías, un hombre piadoso conforme a la ley y enviado por Cristo para sanarlo. Ananías le impone las manos en nombre de Jesús, y Saulo recupera la vista al instante. Inmediatamente, Pablo se bautiza.​

Ananías también le dejó a Pablo su misión El Dios de nuestros padres te designó de antemano para que conozcas su voluntad y veas al Justo y oigas la voz de su boca, pues le serás testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído.​

Tradicionalmente se ha considerado este episodio como el que mejor representa la conversión al cristianismo, de modo que la expresión camino a Damasco ha pasado a ser sinónimo de «conversión».