Discurso ante el Sanedrín
En un largo discurso ante el Sanedrín que comprende casi la totalidad de Hechos 7, Esteban presenta su visión de la historia de los israelitas. El Dios de la gloria, dice, se apareció a Abraham en Mesopotamia, estableciendo así al comienzo del discurso uno de sus temas principales: que Dios no habita sólo en un edificio en particular (es decir, el Templo).11 Esteban relata las historias de los patriarcas con cierta profundidad y aún más en el caso de Moisés. Dios se apareció a Moisés en la zarza ardiente y le inspiró a sacar a su pueblo de Egipto. Sin embargo, los israelitas recurrieron a otros dioses. Esto establece el segundo tema principal del discurso de Esteban, la desobediencia de Israel a Dios.
Luego habló de la construcción del tabernáculo sagrado que hizo Moisés siguiendo las instrucciones de Dios y del templo que hizo Salomón. En el discurso dijo que Dios había indicado que él vivía en el cielo y en la tierra y no solamente en un edificio, en referencia al Templo.
Esteban y Nicolás pretendían demostrar que Jesús no desobedeció las normas que Dios dio a Moisés, sino que las cumplió debidamente.
El discurso terminó con las siguientes palabras:
Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros siempre habéis resistido al Espíritu Santo. Como vuestros padres, así también vosotros. ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Dieron muerte a los que anunciaban la venida del Justo, a quien vosotros habéis traicionado y crucificado; vosotros, que recibisteis por ministerio de los ángeles la Ley, no la guardasteis.
En un largo discurso ante el Sanedrín que comprende casi la totalidad de Hechos 7, Esteban presenta su visión de la historia de los israelitas. El Dios de la gloria, dice, se apareció a Abraham en Mesopotamia, estableciendo así al comienzo del discurso uno de sus temas principales: que Dios no habita sólo en un edificio en particular (es decir, el Templo).11 Esteban relata las historias de los patriarcas con cierta profundidad y aún más en el caso de Moisés. Dios se apareció a Moisés en la zarza ardiente y le inspiró a sacar a su pueblo de Egipto. Sin embargo, los israelitas recurrieron a otros dioses. Esto establece el segundo tema principal del discurso de Esteban, la desobediencia de Israel a Dios.
Luego habló de la construcción del tabernáculo sagrado que hizo Moisés siguiendo las instrucciones de Dios y del templo que hizo Salomón. En el discurso dijo que Dios había indicado que él vivía en el cielo y en la tierra y no solamente en un edificio, en referencia al Templo.
Esteban y Nicolás pretendían demostrar que Jesús no desobedeció las normas que Dios dio a Moisés, sino que las cumplió debidamente.
El discurso terminó con las siguientes palabras:
Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros siempre habéis resistido al Espíritu Santo. Como vuestros padres, así también vosotros. ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Dieron muerte a los que anunciaban la venida del Justo, a quien vosotros habéis traicionado y crucificado; vosotros, que recibisteis por ministerio de los ángeles la Ley, no la guardasteis.