La plancha: enemiga de la naturaleza
¿Sabías que portar una camisa o prenda de vestir arrugada es el equivalente a plantar siete árboles, absorber el dióxido de carbono de siete coches o apagar doce lámparas de luces de 100 watts cada una?
La plancha es uno de los electrodomésticos que más consume electricidad, ocasionando un incremento de la temperatura ambiente y un daño irreparable al planeta. Después de todo, las personas que odian planchar su ropa tenían toda la razón.
Las planchas tienen un impacto directo en la huella de carbono, con una potencia estimada entre 1.000 y 3.000 vatios, muy superior a la potencia de un refrigerador, calculada en unos 300 vatios.
Esto es motivo suficiente para apagar la plancha por un día. De esta manera contribuiremos a frenar el calentamiento global y el cambio climático. Por cada 100 personas que no planchen sus prendas de vestir por un año se plantarían unos 255.000 árboles ¡Impresionante!
Como dato curioso e interesante, a finales de la Primera Guerra Mundial el planchado masivo de prendas se hizo con un propósito sanitario: eliminar en los tejidos de las telas microorganismos causantes de enfermedades infecciosas y epidemias, tales como fiebre de las trincheras, fiebre recurrente epidémica y tifus.
¿Sabías que portar una camisa o prenda de vestir arrugada es el equivalente a plantar siete árboles, absorber el dióxido de carbono de siete coches o apagar doce lámparas de luces de 100 watts cada una?
La plancha es uno de los electrodomésticos que más consume electricidad, ocasionando un incremento de la temperatura ambiente y un daño irreparable al planeta. Después de todo, las personas que odian planchar su ropa tenían toda la razón.
Las planchas tienen un impacto directo en la huella de carbono, con una potencia estimada entre 1.000 y 3.000 vatios, muy superior a la potencia de un refrigerador, calculada en unos 300 vatios.
Esto es motivo suficiente para apagar la plancha por un día. De esta manera contribuiremos a frenar el calentamiento global y el cambio climático. Por cada 100 personas que no planchen sus prendas de vestir por un año se plantarían unos 255.000 árboles ¡Impresionante!
Como dato curioso e interesante, a finales de la Primera Guerra Mundial el planchado masivo de prendas se hizo con un propósito sanitario: eliminar en los tejidos de las telas microorganismos causantes de enfermedades infecciosas y epidemias, tales como fiebre de las trincheras, fiebre recurrente epidémica y tifus.