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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: La conversión en la Navidad de 1886 y el comienzo del...

La conversión en la Navidad de 1886 y el comienzo del tercer periodo de su vida

Uno de los episodios más recordados en su vida fue el de la gran conversión de la Navidad de 1886. Al llegar de la misa de Nochebuena junto con su padre y su hermana Celina, como era costumbre, corría para ver los zapatos que ella dejaba allí para el Niño Jesús y descubrirlos llenos de juguetes. Su padre le dijo que subiese a cambiarse para cenar y algo cansado le dijo a Celina: «Afortunadamente este es el último año en que suceden estas cosas.»

Ella explica el misterio de esta maravillosa conversión en sus escritos. Hablando de Jesús decía: «Esa noche fue cuando Él se hizo débil y sufriente por mi amor, y me hizo fuerte y valiente.» Luego descubre la alegría de olvidarse de sí misma y añade: «Sentí, en una palabra, que la caridad entraba en mi corazón, la necesidad de que me olvide de buscar agradar, y desde entonces yo fui feliz.» De repente, queda libre de los defectos e imperfecciones de su infancia, como su tremenda sensibilidad. Con esta gracia del Niño Jesús, que nacía esa noche, encontró «la fortaleza que había perdido» cuando su madre murió.

Muchas cosas van a cambiar después de esta Nochebuena de 1886, que marca el comienzo de la tercera parte de su vida, «la más bella». A la que ella llama la «noche de mi conversión» y escribió: «Desde esa noche bendita, ya no fui derrotada en ningún combate, en lugar de eso fui de victoria en victoria y comencé, por así decirlo, una carrera de gigantes