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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: LÉXICO - LAS COSAS Y SUS NOMBRES - LA FRASE - EL REFRÁN...

LÉXICO - LAS COSAS Y SUS NOMBRES - LA FRASE - EL REFRÁN - FIESTAS

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LAS COSAS Y SUS NOMBRES: CANCERÍGENO

Con ser un cultismo, para nadie es un misterio el significado de esta palabra: se llama así a todo lo que produce cáncer. Es un compuesto de la palabra latina cáncer, cancri, que significa además de cangrejo, cáncer, gangrena, úlcera; los médicos romanos unieron a las tres afecciones en el mismo nombre porque coinciden y se confunden externamente entre sí. El segundo elemento es griego, de genoV (génos), que significa nacimiento, casta, raza, descendencia, origen; y que en compuestos significa también productor, causante, portador. Ni los griegos ni los romanos sintieron necesidad de crear este término, pues entendieron que el cáncer (karkinoma / karkínoma en griego; ese es el nombre exclusivo de la enfermedad, que en karkinoV / kárkinos comparte nombre con el cangrejo y con otras analogías del mismo); entendieron, digo, que el cáncer era autógeno e inevitable por tanto.

Es el carácter etiológico (de aitia / aitía = causa) de la medicina moderna, asociado de forma inseparable a la medicina preventiva, el responsable de la proliferación de términos médicos terminados en –geno. Todo aquello que descubren como causante de una enfermedad o trastorno, lo marcan con ese sufijo. Esta línea ha dado espléndidos frutos, pero ha mostrado también su punto débil, que es un crecimiento tal de la lista de prácticas y productos generadores de enfermedades, y tan imposible de asumir que debamos regir nuestros hábitos por ese código inacabable de precauciones y prohibiciones, que sólo cuando nos oprime la enfermedad estamos dispuestos a tomarnos en serio el trozo de la lista que nos afecta.

Es el caso de los agentes cancerígenos. Raro es el producto que no ha llevado en algún momento esa nefasta etiqueta, que se ha empleado a menudo en las guerras comerciales para desbancar algún producto del mercado. En la mayoría de los casos la calidad de cancerígeno afecta a unas proporciones tan nimias, que con buen criterio despreciamos, contando con que no nos va a tocar a nosotros.

Una vez más, la falta de órdenes y jerarquías en la terminología médica, la ausencia de algo parecido a la taxonomía en esta rama del saber y del hacer, genera gran confusión y desconfianza. En el maremágnum de la terminología médica resulta que todavía faltan términos, especialmente los de clase, género, especie, familia y demás formas de agrupamiento. Si los causantes de las enfermedades estuvieran mínimamente clasificados, según criterios de gravedad o de probabilidad, tendrían algún valor práctico las listas que no cesan de incrementarse.

En el caso del cáncer es especialmente grave la confusión; en primer lugar porque el largo listado de cánceres catalogados hace que cáncer no sea el nombre de una enfermedad, sino de una extensa categoría de enfermedades; en una de las formas comunes de terminación de la vida de órganos y tejidos. De ahí resulta que los agentes cancerígenos vengan a ser innumerables, hasta causar la impresión de que lo cancerígeno es respirar, comer, vivir.

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