Significado religioso
Esta celebración de San Juan Bautista se da debido a que es el santo que está junto al niño Jesús y el único del que se celebra el nacimiento. En la historia sagrada, San Juan Bautista es el primo de Jesús, que anuncia el nacimiento del Mesías y por eso se le considera su precursor. No es casualidad que su fiesta se celebre justo seis meses antes de la Natividad de Jesús. En varios lugares, para honrar al santo se construyen altares en las casas privadas que se pueden visitar durante la noche del 23 al 24 de junio. También son frecuentes las fiestas populares nocturnas en la noche del 23, acompañadas de muchos repiques de tambor y bebidas espirituosas con las que se le da inicio a la festividad, y son tradición, probablemente precristiana, las hogueras. En la mañana del día 24, el santo es sacado del lugar donde estuvo guardado durante un año y es llevado sobre la cabeza o en los hombros de quien es nombrado su guardián que en este caso es el dueño del lugar donde estuvo resguardado, es un recorrido que se hace por todo el pueblo o comunidad donde realizan la celebración hasta llegar a la iglesia donde culminan con la celebración de una misa y el fabuloso repique de los tambores. Los fieles esperan al caer la noche para realizar algunos rituales que le dan protagonismo al día, uno de ellos es cortarse el cabello para que crezca fortalecido, otro es colocar un huevo en un vaso de agua y de esa manera tener conocimiento de su futuro, también se dice que ese día el agua adquiere propiedades beneficiosas, las plantas cualidades milagrosas y curativas, así como otras ceremonias que son realizadas por los creyentes con mucha fe, luego se deja el santo en la iglesia y el pueblo se dedica a celebrar toda la noche bajo el toque de tambores.
La fiesta cristiana de San Juan es el 24 de junio, seis meses antes de la víspera del nacimiento de Jesús, que se situaba el 25 de diciembre (según el calendario romano, ambas fiestas se sitúan en el octavo día antes de las calendas de enero y julio, respectivamente). Estos seis meses son la diferencia que los evangelios indican entre uno y otro nacimiento. No obstante, tres días de diferencia de ambas fechas con ambos solsticios hace que no sea razonable asignar esta fiesta al solsticio (aunque es cierto que en el III siglo el 25 de diciembre, octava ante calendas de enero, se celebraba la fiesta romana del Sol Invicto) así que los estudiosos se inclinan por el hecho de que el 25 de diciembre, nacimiento de Jesús, se asocia también con la celebración judía de la Hanukkah o dedicación del Templo (Jesús era el nuevo Templo para los cristianos); pero existen también otras teorías, según las cuales la muerte de Jesús se habría producido el mismo día de su concepción y esta fecha, que también coincidía con la de la creación del mundo, se situaba el 25 de marzo; por tanto el nacimiento, nueve meses más tarde, habría tenido lugar el 25 de diciembre. Según este razonamiento, la colocación de la fiesta de San Juan no estaría directamente relacionada con las celebraciones paganas del solsticio de verano, aunque de alguna forma sirviese también para reconducirlas al universo de referencia cristiano.
Esta celebración de San Juan Bautista se da debido a que es el santo que está junto al niño Jesús y el único del que se celebra el nacimiento. En la historia sagrada, San Juan Bautista es el primo de Jesús, que anuncia el nacimiento del Mesías y por eso se le considera su precursor. No es casualidad que su fiesta se celebre justo seis meses antes de la Natividad de Jesús. En varios lugares, para honrar al santo se construyen altares en las casas privadas que se pueden visitar durante la noche del 23 al 24 de junio. También son frecuentes las fiestas populares nocturnas en la noche del 23, acompañadas de muchos repiques de tambor y bebidas espirituosas con las que se le da inicio a la festividad, y son tradición, probablemente precristiana, las hogueras. En la mañana del día 24, el santo es sacado del lugar donde estuvo guardado durante un año y es llevado sobre la cabeza o en los hombros de quien es nombrado su guardián que en este caso es el dueño del lugar donde estuvo resguardado, es un recorrido que se hace por todo el pueblo o comunidad donde realizan la celebración hasta llegar a la iglesia donde culminan con la celebración de una misa y el fabuloso repique de los tambores. Los fieles esperan al caer la noche para realizar algunos rituales que le dan protagonismo al día, uno de ellos es cortarse el cabello para que crezca fortalecido, otro es colocar un huevo en un vaso de agua y de esa manera tener conocimiento de su futuro, también se dice que ese día el agua adquiere propiedades beneficiosas, las plantas cualidades milagrosas y curativas, así como otras ceremonias que son realizadas por los creyentes con mucha fe, luego se deja el santo en la iglesia y el pueblo se dedica a celebrar toda la noche bajo el toque de tambores.
La fiesta cristiana de San Juan es el 24 de junio, seis meses antes de la víspera del nacimiento de Jesús, que se situaba el 25 de diciembre (según el calendario romano, ambas fiestas se sitúan en el octavo día antes de las calendas de enero y julio, respectivamente). Estos seis meses son la diferencia que los evangelios indican entre uno y otro nacimiento. No obstante, tres días de diferencia de ambas fechas con ambos solsticios hace que no sea razonable asignar esta fiesta al solsticio (aunque es cierto que en el III siglo el 25 de diciembre, octava ante calendas de enero, se celebraba la fiesta romana del Sol Invicto) así que los estudiosos se inclinan por el hecho de que el 25 de diciembre, nacimiento de Jesús, se asocia también con la celebración judía de la Hanukkah o dedicación del Templo (Jesús era el nuevo Templo para los cristianos); pero existen también otras teorías, según las cuales la muerte de Jesús se habría producido el mismo día de su concepción y esta fecha, que también coincidía con la de la creación del mundo, se situaba el 25 de marzo; por tanto el nacimiento, nueve meses más tarde, habría tenido lugar el 25 de diciembre. Según este razonamiento, la colocación de la fiesta de San Juan no estaría directamente relacionada con las celebraciones paganas del solsticio de verano, aunque de alguna forma sirviese también para reconducirlas al universo de referencia cristiano.