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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Sacerdocio...

Sacerdocio

Véase también: Peregrinaje de las siete iglesias de Roma

El 23 de mayo de 1551, por mandato del propio Persiano Rosa, entró en el sacerdocio y se fue a vivir a San Jerónimo de la Caridad, donde la principal regla era vivir en caridad con sus hermanos. Entre los nuevos compañeros de Felipe estaban Persiano Rosa y Buonsignore Cacciaguerra.

En 1559, Felipe comenzó a organizar visitas regulares a las Siete Iglesias, en compañía de sacerdotes y religiosos, así como de laicos. Estas visitas fueron la ocasión de una corta pero aguda persecución religiosa al haber sido denunciado como creador de nuevas sectas. El cardenal vicario le convocó y le reprendió, siendo suspendido de oír confesiones, pero al cabo de dos semanas quedó probada su inocencia ante las autoridades eclesiásticas.

En 1562, aceptó el cargo de párroco de la iglesia San Giovanni dei Fiorentini (la de los florentinos en Roma), sin embargo, como se resistía a abandonar San Girolamo, permaneció en este templo a pesar de convertirse en párroco de San Giovanni. Durante el año jubilar de 1575, San Felipe Neri impulsó las bases del futuro programa urbanístico del papa Sixto V en Roma con un proyecto de itinerario, la peregrinación a las siete iglesias más importantes de la ciudad a pie atravesándola para lograr la indulgencia plena.

La Hermandad del Pequeño Oratorio fue creciendo y en 1575 fue formalmente reconocida por Gregorio XIII como la Congregación del Oratorio, y se le concedió la iglesia de Santa María in Vallicella, donde los religiosos se instalaron en 1577, año en el que inauguraron la Chiesa Nuova, construida en el sitio de la vieja Santa María, y donde trasladaron los ejercicios a un nuevo oratorio, aunque Felipe permaneció en San Girolamo hasta 1583, dejando entonces su viejo hogar e instalándose en Santa María de Vallicella. En 1593 dimitió del cargo de superior que le había sido dado de por vida.

La personalidad de Felipe atrajo al cardenal Felice Peretti, quien al convertirse en el papa Sixto V, en 1590, propuso a Felipe Neri nombrarle cardenal, pero este no aceptó.

Se nos presenta una Congregación que se iba consolidando, no sin dificultades. Los discípulos del Oratorio cada vez eran más y más relevantes, la importancia de la institución rebasaba la demarcación de Roma. El gran concepto que se tenía del padre Neri, incluso por los pontífices, fue causa de que en repetidas ocasiones le ofrecieran las máximas dignidades de la jerarquía eclesiástica. El florentino aborreció las dignidades que se le brindaban desde la curia. Aún más, habiendo sido elegido prepósito perpetuo de su congregación, solicitó ser solamente padre.