Veneración
Aunque los historiadores postulan que Peregrino probablemente no era un obispo, sino un mero misionero que había terminado en las zonas rurales de esta región; en el siglo IX, los clérigos de Auxerre lo hicieron mártir y el primer obispo de su ciudad.
En el siglo VII, algunas de sus reliquias fueron trasladadas desde Bouhy a la abadía de Saint-Denis. El Papa León III ordenó la construcción de la iglesia de San Pelegrino en Naumachia, dedicada a San Peregrino en Roma, cerca del Francorum Hospitale y que sirvió, precisamente, a los peregrinos. Luego se le dedicó una calle cerca de la iglesia y, más tarde, se hizo conocida la Puerta de San Pellegrino, en el mismo emplazamiento.
En 1645, se realizaron una serie de trabajos bajo el altar de la iglesia de Bouhy, donde se descubrieron varios restos óseos, entre ellos un cráneo humano. Tras años de investigación, estos restos óseos fueron reconocidos como las reliquias de San Peregrino. Posteriormente, el cráneo fue devuelto a Auxerre, su lugar de nacimiento.
Aunque los historiadores postulan que Peregrino probablemente no era un obispo, sino un mero misionero que había terminado en las zonas rurales de esta región; en el siglo IX, los clérigos de Auxerre lo hicieron mártir y el primer obispo de su ciudad.
En el siglo VII, algunas de sus reliquias fueron trasladadas desde Bouhy a la abadía de Saint-Denis. El Papa León III ordenó la construcción de la iglesia de San Pelegrino en Naumachia, dedicada a San Peregrino en Roma, cerca del Francorum Hospitale y que sirvió, precisamente, a los peregrinos. Luego se le dedicó una calle cerca de la iglesia y, más tarde, se hizo conocida la Puerta de San Pellegrino, en el mismo emplazamiento.
En 1645, se realizaron una serie de trabajos bajo el altar de la iglesia de Bouhy, donde se descubrieron varios restos óseos, entre ellos un cráneo humano. Tras años de investigación, estos restos óseos fueron reconocidos como las reliquias de San Peregrino. Posteriormente, el cráneo fue devuelto a Auxerre, su lugar de nacimiento.