¿Cómo se mueven las energías en una casa?
Las energías en una casa se mueven de forma progresiva y encadenada, es decir que a pesar de que la casa en su conjunto recibe un flujo de energía de todos los acontecimientos que ocurren en ella, cada ambiente tiene su propia vibración y características. Este flujo de energía se mueve por todos los ambientes de la casa en todos los sentidos alimentándola.
A lo largo del año vamos cargando la casa con diferentes energías que emanan de las personas que viven en ella, producto de situaciones que se mueven desde nuestros sentimientos, relacionados a lo afectivo, emocional, familiar, laboral y social. Estos sentimientos se mueven dentro de tres aspectos fundamentales: La Salud, El Amor y la Economía. El ser humano transita por estos tres pilares que nos mueven ascendente o descendentemente. Estos pilares se van desarrollando o bloqueando según el caso, y nuestra casa recibe todas estas energías que la desgastan y maltratan.
Hay energías buenas y malas en cada casa y nosotros nos comunicamos con ellas. El nivel de calidad de conexión entre usted y esas energías depende en gran medida de cómo se mueven las emociones y pensamientos cuando está en su casa. Cuando se generan problemas en la casa y estos no se resuelven se vuelven estáticos y se convierten en energías lineales sin curvas diferenciadas por el flujo y reflujo que da existencia y vida. La ceremonia de purificación de la casa para recibir el año, es precisamente una ceremonia que permite esa liberación para que la casa esté preparada para recibir el año.
Las energías que llegan a su tope en un año que acaba, entran en un nuevo ciclo de renovación para comenzar nuevamente a través del próximo año, alimentándose en un ciclo ascendente; cuando esto no ocurre, el flujo de energía se vuelve lineal y, por lo tanto, la casa no está preparada para liberarse de las densidades con las cuales se cargó durante el año pasado. Es como si la casa no supiera que todo ha terminado para comenzar nuevamente, por lo tanto, llevará al próximo año las mismas energías y el ciclo que marca la nueva trayectoria no se dará, sino que seguirá marchando de forma lineal.
En el caso de que se haga la purificación de la casa, ésta se prepara para entrar en un flujo-reflujo ascendente pudiendo así entrar en otra etapa el próximo año, lo que ocasiona que constantemente se alimente de energías positivas y logrando que las energías negativas que se han cargado durante el año anterior, terminen su ciclo para que la casa se de a sí misma una nueva oportunidad.
Las energías en una casa se mueven de forma progresiva y encadenada, es decir que a pesar de que la casa en su conjunto recibe un flujo de energía de todos los acontecimientos que ocurren en ella, cada ambiente tiene su propia vibración y características. Este flujo de energía se mueve por todos los ambientes de la casa en todos los sentidos alimentándola.
A lo largo del año vamos cargando la casa con diferentes energías que emanan de las personas que viven en ella, producto de situaciones que se mueven desde nuestros sentimientos, relacionados a lo afectivo, emocional, familiar, laboral y social. Estos sentimientos se mueven dentro de tres aspectos fundamentales: La Salud, El Amor y la Economía. El ser humano transita por estos tres pilares que nos mueven ascendente o descendentemente. Estos pilares se van desarrollando o bloqueando según el caso, y nuestra casa recibe todas estas energías que la desgastan y maltratan.
Hay energías buenas y malas en cada casa y nosotros nos comunicamos con ellas. El nivel de calidad de conexión entre usted y esas energías depende en gran medida de cómo se mueven las emociones y pensamientos cuando está en su casa. Cuando se generan problemas en la casa y estos no se resuelven se vuelven estáticos y se convierten en energías lineales sin curvas diferenciadas por el flujo y reflujo que da existencia y vida. La ceremonia de purificación de la casa para recibir el año, es precisamente una ceremonia que permite esa liberación para que la casa esté preparada para recibir el año.
Las energías que llegan a su tope en un año que acaba, entran en un nuevo ciclo de renovación para comenzar nuevamente a través del próximo año, alimentándose en un ciclo ascendente; cuando esto no ocurre, el flujo de energía se vuelve lineal y, por lo tanto, la casa no está preparada para liberarse de las densidades con las cuales se cargó durante el año pasado. Es como si la casa no supiera que todo ha terminado para comenzar nuevamente, por lo tanto, llevará al próximo año las mismas energías y el ciclo que marca la nueva trayectoria no se dará, sino que seguirá marchando de forma lineal.
En el caso de que se haga la purificación de la casa, ésta se prepara para entrar en un flujo-reflujo ascendente pudiendo así entrar en otra etapa el próximo año, lo que ocasiona que constantemente se alimente de energías positivas y logrando que las energías negativas que se han cargado durante el año anterior, terminen su ciclo para que la casa se de a sí misma una nueva oportunidad.