OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Episcopado en Sasima y Nacianzo...

Episcopado en Sasima y Nacianzo

Gregorio fue consagrado obispo de Sasima en 372 por Basilio.​ Se trataba de una sede recién creada por Basilio para fortalecer su posición en su disputa con Antimo, obispo de Tiana. Gregorio más tarde se referiría a su ordenación episcopal como impuesta por un padre tenaz y Basilio.​ Describiendo su nuevo obispado, Gregorio se lamentó de que no era nada más que «un agujero espantoso; una mísera parada de postas de la carretera principal... sin agua, vegetación, o la compañía de caballeros... ¡esto era mi iglesia de Sasima!».​ Se esforzó poco en administrar su nueva diócesis, quejándose a Basilio de que en lugar de ello prefería seguir una vida contemplativa.​ Nunca llegó a tomar posesión de la sede, y se retiró de nuevo.​

A finales de 372 Gregorio regresó a Nacianzo para ayudar a su padre moribundo con la administración de su diócesis.​ Esto crispó su relación con Basilio, quien insistía en que Gregorio volviera a su puesto en Sasima. Gregorio replicó que no tenía intención de seguir teniendo el papel de un títere para promover los intereses de Basilio.​ En lugar de ello, centró su atención en sus nuevos deberes como coadjutor de Nacianzo. Fue aquí donde Gregorio predicó la primera de sus grandes oraciones episcopales.

Tras la muerte de su madre y su padre en 374, Gregorio siguió administrando la diócesis de Nacianzo pero rechazó ser nombrado obispo. Donó la mayor parte de su herencia a los necesitados y vivió una existencia austera. A finales de 375 se retiró al monasterio de Santa Tecla en Seleucia, viviendo allí durante tres años.​ Casi al final de este periodo su amigo Basilio murió. Aunque la salud de Gregorio no le permitió acudir al funeral, escribió una sentida carta de condolencia al hermano de Basilio, Gregorio de Nisa y compuso doce poemas en memoria de su amigo fallecido.