Retablo Mayor
El altar mayor lo preside un gran RETABLO, realizado por Damián Forment entre 1509 y 1518. El retablo se reparte en dos zonas: sotabanco y banco, flanqueados por dos portadas (1509-1512), de un estilo más clásico; y cuerpo con pulsera (1512-1518), con una expresión más perfecta y definida de las formas de expresión propias del escultor. Está labrado en alabastro, procedente de las canteras de Gelsa.
El sotabanco está articulado por balaustres, entre los que se sitúan emblemas pilaristas y los retratos del escultor y de su esposa.
En el banco se disponen siete relieves con escenas dedicadas a la Virgen y su Hijo: Abrazo ante la Puerta Dorada, Anunciación, Visitación, Adoración de los pastores, Epifanía, Piedad, y Resurrección, separados por pilarcillos góticos con esculturas de santos sobre peanas. La policromía de los relieves se debe esencialmente al pintor Pedro de Aponte.
Bajo las dos portadas laterales se cobijan las estatuas de Santiago y San Brautio.
El cuerpo superior del retablo se articula a modo de gigantesco tríptico, con tres escenas de la Virgen: Nacimiento, Purificación y Asunción. Encima de la historia central –Asunción aparece una representación de la Gloria, con el expositor de la Eucaristía (óculo ovalado), el Espíritu Santo, el Padre Eterno, serafines y ángeles. Las escenas del cuerpo se protegen con vistosos doseles calados góticos, en los que se aprovechan sus estructuras para colocar en los niveles estatuas de diverso tamaño sobre peanas. Las figuras de Cristo resucitado, santas y profetas surgen en el central, mientras que en los laterales se encuentran santos y ocho Virtudes. Cuatro excepcionales pilares góticos sirven para enmarcar todo el conjunto y presentan en el frente magníficas estatuas, repartidas individualmente en el caso de los Evangelistas, y por parejas en los santos situados más arriba. Todo el cuerpo superior del retablo quedó sin policromar.
Un guardapolvo de madera protege el cuerpo principal. A partir de dos profetas comienza su ornamentación con tupida red vegetal y animal de motivos geométricos, interrumpida por los ángeles portadores del escudo de la Virgen del Pilar.
En la MESA DEL ALTAR reposan los restos de San Braulio, cuyo frontal de plata es una de las joyas de platería española, (320 CM. x 105 cm.), fechado en 1751. La parte decorativa es obra de Domingo Estrada, en estilo rococó, y la parte escultórica de su padre, Antonio Estrada.
El altar mayor lo preside un gran RETABLO, realizado por Damián Forment entre 1509 y 1518. El retablo se reparte en dos zonas: sotabanco y banco, flanqueados por dos portadas (1509-1512), de un estilo más clásico; y cuerpo con pulsera (1512-1518), con una expresión más perfecta y definida de las formas de expresión propias del escultor. Está labrado en alabastro, procedente de las canteras de Gelsa.
El sotabanco está articulado por balaustres, entre los que se sitúan emblemas pilaristas y los retratos del escultor y de su esposa.
En el banco se disponen siete relieves con escenas dedicadas a la Virgen y su Hijo: Abrazo ante la Puerta Dorada, Anunciación, Visitación, Adoración de los pastores, Epifanía, Piedad, y Resurrección, separados por pilarcillos góticos con esculturas de santos sobre peanas. La policromía de los relieves se debe esencialmente al pintor Pedro de Aponte.
Bajo las dos portadas laterales se cobijan las estatuas de Santiago y San Brautio.
El cuerpo superior del retablo se articula a modo de gigantesco tríptico, con tres escenas de la Virgen: Nacimiento, Purificación y Asunción. Encima de la historia central –Asunción aparece una representación de la Gloria, con el expositor de la Eucaristía (óculo ovalado), el Espíritu Santo, el Padre Eterno, serafines y ángeles. Las escenas del cuerpo se protegen con vistosos doseles calados góticos, en los que se aprovechan sus estructuras para colocar en los niveles estatuas de diverso tamaño sobre peanas. Las figuras de Cristo resucitado, santas y profetas surgen en el central, mientras que en los laterales se encuentran santos y ocho Virtudes. Cuatro excepcionales pilares góticos sirven para enmarcar todo el conjunto y presentan en el frente magníficas estatuas, repartidas individualmente en el caso de los Evangelistas, y por parejas en los santos situados más arriba. Todo el cuerpo superior del retablo quedó sin policromar.
Un guardapolvo de madera protege el cuerpo principal. A partir de dos profetas comienza su ornamentación con tupida red vegetal y animal de motivos geométricos, interrumpida por los ángeles portadores del escudo de la Virgen del Pilar.
En la MESA DEL ALTAR reposan los restos de San Braulio, cuyo frontal de plata es una de las joyas de platería española, (320 CM. x 105 cm.), fechado en 1751. La parte decorativa es obra de Domingo Estrada, en estilo rococó, y la parte escultórica de su padre, Antonio Estrada.