El Camarín de la Virgen (Capilla)
El punto de convergencia de los fieles que penetran en la Santa Capilla es la Imagen de la Virgen del Pilar, de la que se ha dado información en su página propia.
Colocada sobre la Santa Columna, se halla dentro de un camarín de plata, con fondo de mármol verde, tachonado de estrellas cuajadas de joyas donadas por los devotos (en la actualidad son 72 estrellas) (Hay nueve más sin joyas encima del dosel). Este mármol procede de la isla griega de Tinos. Debido a dificultad de colocar el mármol, dada la escasa distancia que hay entre la pared y la Santa Columna y la curvatura que debía tener para adaptarse a la hornacina, el mármol tuvo que ser cortado en finas piezas que fueron reforzadas con fibra de vidrio y poliéster pudiéndose así conseguir un espesor inverosímil que permitió montarlas en el Camarín.
Sobre el dosel de plata del camarín aparece la imagen de San Miguel, fechable entre los años 1695 y 1715, labrada en plata con aplicaciones de marfil. A los lados dos angelotes de plata con candeleros en los brazos, que como se ha dicho en la página sobre la Imagen de la Virgen, fueron donados por Felipe II. Por las escalerillas, colocadas delante del camarín, los infantes del Pilar suben diariamente a los niños se acercan o son llevados por sus padres para ser "pasados por la Virgen "
Así, hábilmente, los tres altares, la Imagen y los grupos escultóricos quedan profundamente enlazado y constituyen un todo narrativo y plástico único, además de conjuntarse a la unidad general de la arquitectura de la Capilla. Además con esta solución el arquitecto don Ventura Rodríguez respetó el ruego del Cabildo de que la Columna santa no se moviera del sitio en que la dejó la Virgen y donde se mantuvo respetuosamente a lo largo de los siglos.
Sobre la estructura arquitectónica, la Capilla tiene su techo propio abierto que permite ver la cúpula decorada por la bellísima e interesante pintura al fresco de don Antonio González Velázquez, representando la Venida y la edificación del listas españoles representando el famoso "Milagro de Calanda", obrado por Dios, por intercesión de la Virgen del Pilar en la persona de Miguel José Pellicer el día 29 de marzo de 1640, al serle restituida una pierna que le había sido amputada a finales de octubre de 1637, es decir, dos años y cinco meses antes, por el cirujano Juan de Estanga en el Hospital de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza y enterrada por el mancebo practicante Juan Lorenzo García. Milagro plenamente documentado, testificado por centenares de zaragozanos que conocían al cojo de Calanda cuando por espacio de dos años pedía limosna en las puertas del Pilar. La fama de este portento, resistente a toda crítica histórica, absolutamente riguroso, se extendió por todo el mundo y contribuyó no poco a difundir la existencia del Pilar de Zaragoza y la devoción pilarista, principalmente en los países hispanoamericanos.
El punto de convergencia de los fieles que penetran en la Santa Capilla es la Imagen de la Virgen del Pilar, de la que se ha dado información en su página propia.
Colocada sobre la Santa Columna, se halla dentro de un camarín de plata, con fondo de mármol verde, tachonado de estrellas cuajadas de joyas donadas por los devotos (en la actualidad son 72 estrellas) (Hay nueve más sin joyas encima del dosel). Este mármol procede de la isla griega de Tinos. Debido a dificultad de colocar el mármol, dada la escasa distancia que hay entre la pared y la Santa Columna y la curvatura que debía tener para adaptarse a la hornacina, el mármol tuvo que ser cortado en finas piezas que fueron reforzadas con fibra de vidrio y poliéster pudiéndose así conseguir un espesor inverosímil que permitió montarlas en el Camarín.
Sobre el dosel de plata del camarín aparece la imagen de San Miguel, fechable entre los años 1695 y 1715, labrada en plata con aplicaciones de marfil. A los lados dos angelotes de plata con candeleros en los brazos, que como se ha dicho en la página sobre la Imagen de la Virgen, fueron donados por Felipe II. Por las escalerillas, colocadas delante del camarín, los infantes del Pilar suben diariamente a los niños se acercan o son llevados por sus padres para ser "pasados por la Virgen "
Así, hábilmente, los tres altares, la Imagen y los grupos escultóricos quedan profundamente enlazado y constituyen un todo narrativo y plástico único, además de conjuntarse a la unidad general de la arquitectura de la Capilla. Además con esta solución el arquitecto don Ventura Rodríguez respetó el ruego del Cabildo de que la Columna santa no se moviera del sitio en que la dejó la Virgen y donde se mantuvo respetuosamente a lo largo de los siglos.
Sobre la estructura arquitectónica, la Capilla tiene su techo propio abierto que permite ver la cúpula decorada por la bellísima e interesante pintura al fresco de don Antonio González Velázquez, representando la Venida y la edificación del listas españoles representando el famoso "Milagro de Calanda", obrado por Dios, por intercesión de la Virgen del Pilar en la persona de Miguel José Pellicer el día 29 de marzo de 1640, al serle restituida una pierna que le había sido amputada a finales de octubre de 1637, es decir, dos años y cinco meses antes, por el cirujano Juan de Estanga en el Hospital de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza y enterrada por el mancebo practicante Juan Lorenzo García. Milagro plenamente documentado, testificado por centenares de zaragozanos que conocían al cojo de Calanda cuando por espacio de dos años pedía limosna en las puertas del Pilar. La fama de este portento, resistente a toda crítica histórica, absolutamente riguroso, se extendió por todo el mundo y contribuyó no poco a difundir la existencia del Pilar de Zaragoza y la devoción pilarista, principalmente en los países hispanoamericanos.