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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Conversión...

Conversión

A pesar de llevar una vida de lujos y ostentación en la corte franca, en el año 773 Adelardo decidió abandonar sus títulos y a su familia, y se convirtió en religioso. Pronto, Adelardo ganó fama por los sabios consejos que daba a sus hermanos y por su entrega hacia los más desfavorecidos.

Adelardo se hizo monje ermitaño en Benevento, y luego ingresó a la abadía de los benedictinos de Corbie, poniéndose al servicio del abad Maurdramne. Allí se dedicó a transcribir biblias, incluyendo una versión en la cual usó la tipografía de minúscula carolingia, originaria de la región donde gobernaba su familia.

En Corbie, Adelardo recibió visitas frecuentes de nobles que buscaban que intercediera ante su primo a favor de ellos, por lo que el monje, agotado por el acoso, decidió huir hacia Montecassino, refugiándose en la abadía de la región.

Aderlardo regresó a Corbie, viéndose descubierto en Montecassino, y llegó a ser abad de la unidad, cuyo scriptorium fomentó e hizo famoso por sus suntuosos manuscritos iluminados, hasta el punto de crearse en él la escritura minúscula carolina que se impuso a todo Occidente.

Pese a ser religioso, en 781 llegó a ser nombrado por su primo Carlomagno, como tutor y consejero de su hijo, Pipino de Italia, quien aún era muy joven para regentar el Reino Franco, tras el desheredamiento del hijo mayor de Carlomagno, Pipino el jorobado, por lo que Adelardo llegó a ser regente del Reino de Italia en su nombre. También llegó a ser protegido del rey, y uno de sus consejeros más cercanos cuando el noble alcanzó la edad mínima para gobernar, en 796.

También fue abad de Corvey en la actual Alemania; se sabe mantenía correspondencia con grandes dignatarios carolingios y parientes lejanos suyosː Alcuino de York, abad de Saint-Martin de Tours, Angilberto, abad de Saint-Riquier, Pablo el Diácono, abad de Montecassino; y Eginardo, consejero de Carlomagno, primo de Adelardo. Cuando Alcuino se retiró del ejercicio monacal, Adelardo se convirtió en uno de los primeros consejeros de su primo Carlomagno; incluso el emperador Ludovico Pío acudió a él para pedirle consejo.

Se le atribuye la primera mención de la flor del lúpulo relacionada con la producción de cerveza (hasta entonces, según lo documentado, la cerveza se hacía con otras especies según la región). En el año 822 redactó un manual que detallaba cómo debía funcionar la abadía. Entre las tareas asignadas estaba la del encargado de recoger lúpulos salvajes para la elaboración de cerveza.

Pese a que era consejero de Ludovico, éste lo despidió y lo exilió a Noirmoutier en 814, hasta que murió el abad Benito de Aniane, encontrando Adelardo la abadía de Benito vacante y reinstalándose allí. Un año después fundó la Abadía de Corvey, donde instaló a su hermano Wala, quien se convirtió en abad. Murió finalmente el 2 de enero de 826, a los 75 años.