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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Milagros atribuidos...

Milagros atribuidos

Se le atribuyen cuatro milagros, uno de ellos hipotéticamente realizado una vez muerto, que la tradición relata de la siguiente manera:

1. Una de las campañas musulmanas llegó hasta las Hoces del Duratón, y las poblaciones cercanas utilizaron los salientes de las rocas para refugiarse. Al llegar los sarracenos al lugar, y siguiendo la tradición, el santo, hizo antes que llegasen una raya en el suelo mandándoles que no pasasen de allí: porque les quería mostrar por bastantes razones, la gran ceguera y el error de la ley en que vivían. Y al punto que hizo la raya con el báculo que llevaba, se abrió la tierra, y se hendió la peña, y se hizo tan grande abertura, que no pudieron pasar adelante; mostrando nuestro Señor por este milagro, ser verdad lo que el Santo les predicaba. Ante la situación los moros estupefactos al ver tamaño portento, huyeron, dejando en paz a Frutos y a su compañía.
2. Esta resquebrajadura del terreno se conoce en la actualidad como la cuchillada de san Frutos.
En otra ocasión, queriendo edificar un santuario a la Virgen María, pidió a un ganadero le prestara una yunta de bueyes para el transporte de las piedras. Este sólo pudo dejarle un par de fieros toros, que Frutos, milagrosamente, convirtió en dóciles bestias de carga.

3. Siendo anciano obró su último milagro en vida, cuando un musulmán que habitaba en la zona blasfemó y negó la Eucaristía, advirtiendo que la sagrada forma no podía albergar el cuerpo de Cristo, y que cualquier animal se comería la hostia consagrada si se la echasen en la cebada, a lo que el santo respondió no se atreverá ningún animal a llegar a mi Señor Jesucristo, estando debajo Él de aquellos accidentes de pan después que es consagrado; antes en viéndolo, lo reverenciará, y le hará acatamiento cuando lo viere, y lo conociere por su Dios y Señor. La tradición cuenta que el santo hizo que un burro se arrodillase ante una hostia consagrada que le habían ocultado entre la comida.

4. Se le atribuye un último milagro, ocurrido en el año 1225, conocido con el sobrenombre de La despeñada. Cuenta la tradición que un marido celoso sospechando que su mujer le era infiel, la engañó y llevó a la romería del santo y la arrojó al vacío en las Hoces del Duratón; ella, implorando la intercesión del santo, consigue que este detenga su caída, salvando la vida. Tras el milagro, donó todos sus bienes al priorato de la ermita de San Frutos, donde se dejó constancia del milagro en un sillar que flanquea la puerta sur del templo, que refleja la siguiente inscripción: AQUI YAZE SEPULTA/DA UNA MUGER DE/SU MARIDO DESPEÑA/DA I NO MORIO I HIZO / A ESTA CASA LYMOSNA DE / SUS BIENES...