Beneficios de la sandía para nuestro organismo
1. Contiene grandes cantidades de licopeno, un carotenoide antioxidante que ayuda a proteger las células del daño oxidativo, la sandía es una de las principales fuentes alimenticias de este fitoquímico.
2. Destaca su aporte de potasio, un mineral que contribuye al funcionamiento normal de los músculos y del sistema nervioso.
3. Destaca su contenido en vitamina A que junto al resto de la alimentación contribuye al mantenimiento de la piel y de la visión en condiciones normales.
4. Es fuente de betacaroteno que se convierte en vitamina A, por lo que es una gran aliada de la salud visual.
5. Aporta luteína. Un carotenoide que da color a los alimentos y que se encuentra de forma natural en nuestra retina del ojo.
6. La sandía destaca por ser una fruta muy refrescante, de hecho, es la fruta que más contenido en agua tiene (95%). Ideal para prevenir la retención de líquidos y la deshidratación.
7. Posee citrulina, un aminoácido no esencial precursor de la arginina y del óxido nítrico. Una sustancia muy utilizada en complementos alimenticios para deportistas.
8. Es excelente para controlar el peso ya que es saciante y posee pocas calorías, gracias a su mencionado alto contenido en agua.
9. Además, contiene pequeñas cantidades de vitamina C, vitamina B6 y calcio. La vitamina C, que es antioxidante, contribuye a bloquear los radicales libres, unas moléculas que aceleran el envejecimiento cutáneo, y que favorecen la aparición de arrugas y flacidez en la piel. Además, interviene en la producción de colágeno. Igualmente, contribuye a que el sistema inmunitario funcione correctamente. El calcio es un mineral que interviene en mantener la salud ósea en correcto estado. Por último, la vitamina B6 ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga.
Por si sola, la sandía no cubre las necesidades básicas de estos tres nutrientes por lo que lo recomendable es que añadamos a nuestra dieta también frutas y verduras de temporada como el melón, calabacín, la lechuga (fuente de vitamina C), plátano y pimiento rojo (de vitamina B6) o que incluyamos frutos secos como las almendras, los pistachos o semillas de sésamo que son fuente de calcio y, de esta forma, ayudar a completar las necesidades básicas de vitamina C, B6 y calcio.
1. Contiene grandes cantidades de licopeno, un carotenoide antioxidante que ayuda a proteger las células del daño oxidativo, la sandía es una de las principales fuentes alimenticias de este fitoquímico.
2. Destaca su aporte de potasio, un mineral que contribuye al funcionamiento normal de los músculos y del sistema nervioso.
3. Destaca su contenido en vitamina A que junto al resto de la alimentación contribuye al mantenimiento de la piel y de la visión en condiciones normales.
4. Es fuente de betacaroteno que se convierte en vitamina A, por lo que es una gran aliada de la salud visual.
5. Aporta luteína. Un carotenoide que da color a los alimentos y que se encuentra de forma natural en nuestra retina del ojo.
6. La sandía destaca por ser una fruta muy refrescante, de hecho, es la fruta que más contenido en agua tiene (95%). Ideal para prevenir la retención de líquidos y la deshidratación.
7. Posee citrulina, un aminoácido no esencial precursor de la arginina y del óxido nítrico. Una sustancia muy utilizada en complementos alimenticios para deportistas.
8. Es excelente para controlar el peso ya que es saciante y posee pocas calorías, gracias a su mencionado alto contenido en agua.
9. Además, contiene pequeñas cantidades de vitamina C, vitamina B6 y calcio. La vitamina C, que es antioxidante, contribuye a bloquear los radicales libres, unas moléculas que aceleran el envejecimiento cutáneo, y que favorecen la aparición de arrugas y flacidez en la piel. Además, interviene en la producción de colágeno. Igualmente, contribuye a que el sistema inmunitario funcione correctamente. El calcio es un mineral que interviene en mantener la salud ósea en correcto estado. Por último, la vitamina B6 ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga.
Por si sola, la sandía no cubre las necesidades básicas de estos tres nutrientes por lo que lo recomendable es que añadamos a nuestra dieta también frutas y verduras de temporada como el melón, calabacín, la lechuga (fuente de vitamina C), plátano y pimiento rojo (de vitamina B6) o que incluyamos frutos secos como las almendras, los pistachos o semillas de sésamo que son fuente de calcio y, de esta forma, ayudar a completar las necesidades básicas de vitamina C, B6 y calcio.