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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Desarrollo...

Desarrollo

Se distinguieron tres etapas en la guerra de Granada.

Primera etapa de 1482 a 1487

Una primera etapa se desarrolló en la conquista de la parte occidental del reino (actual provincia de Málaga, Loja y la Vega de Granada), aunque las conquistas territoriales se hicieron esperar hasta 1485, tras unos primeros años de improvisación.

Hasta entonces, las treguas entre Castilla y Granada se habían renovado regularmente (en 1475, 1476 y 1478). No obstante, los incidentes fronterizos no eran extraños, y la inestabilidad del reino musulmán empujó a una acción poco meditada: a finales del año 1481, como represalia por hostigamientos puntuales de parte cristiana, el rey granadino Muley Hacen tomó la estratégica ciudad de Zahara, el 28 de diciembre de 1481. Eso dio a los católicos una excusa para una operación de más envergadura el 28 de febrero de 1482: la toma de Alhama, a cargo de Rodrigo Ponce de León y Núñez, II marqués de Cádiz, autorizado por Diego de Merlo, representante real en Sevilla. Enrique Pérez de Guzmán y Fonseca, II duque de Medina Sidonia, aristócrata enemigo del de Cádiz (en un ejemplo de sumisión a las órdenes reales y coordinación en un proyecto común) acudió a reforzar las posiciones recién ganadas. En abril fue el mismo Fernando el que llegó a Alhama. Esta plaza fue objeto de una especial atención durante el resto de la guerra, y confiada como un honor a personajes importantes (desde 1483 al conde de Tendilla).​ Si bien mantener una plaza avanzada y aislada era un disparate desde el punto de vista estratégico, se hicieron todos los esfuerzos necesarios para mantenerla abastecida y relevadas periódicamente las tropas de su guarnición, funcionando como uno de los elementos propagandísticos movilizadores de la guerra. No es extraño que algunas piezas del romancero, destacadamente el Romance de la pérdida de Alhama, eligiendo este episodio ejercieran a esa función:

Paseábase el rey moro
por la ciudad de Granada,
desde la puerta de Elvira
hasta la de Vivarambla
- ¡Ay de mi Alhama!
Cartas le fueron venidas
que Alhama era ganada.
Las cartas echó en el fuego,
y al mensajero matara.
- ¡Ay de mi Alhama!
Descabalga de una mula
y en un caballo cabalga,
por el Zacatín arriba
subido se había al Alhambra.
...
-Habéis de saber, amigos,
una nueva desdichada:
que cristianos de braveza
ya nos han ganado Alhama.
- ¡Ay de mi Alhama!
Allí habló un alfaquí,
de barba crecida y cana:
-Bien se te emplea, buen rey,
buen rey, bien se te empleara
- ¡Ay de mi Alhama!
-Mataste los Bencerrajes,
que eran la flor de Granada;
cogiste los tornadizos
de Córdoba la nombrada.
- ¡Ay de mi Alhama!
Por eso mereces, rey,
una pena muy doblada:
que te pierdas tú y el reino,
y aquí se pierda Granada.