La disfagia asociada al COVID-19
Debido a la presencia del COVID-19 en todo el mundo, miles de personas se han visto afectadas por las secuelas graves que deja este virus en el organismo. Se cree que esto tiene mucho que ver con el proceso de intubación orotraqueal, por el cual tienen que pasar los pacientes para recibir la alimentación y el debido tratamiento mientras están ingresados en los distintos hospitales y centros asistenciales.
Una intubación prolongada, donde los pulmones no están funcionando al cien por cien y donde inevitablemente el paciente pierde mucha masa corporal y algunas complicaciones de orden neurológico, pueden desencadenar una disfagia.
Una vez que el virus se instala en el cuerpo, puede causar daños a nivel cerebral, en la región central y periférica encargada de la deglución. Todo esto se maneja desde las estructuras neurológicas ubicadas en el cerebro, que le dan órdenes a nervios y músculos, pero si el COVID-19 ha provocado alteraciones, estas funciones se verán afectadas y entonces, el resultado final será la presencia de la disfagia.
Cabe destacar, que una vez que el paciente a pasado la peor etapa del COVId-19, será necesario un debido control y así evitar que los problemas de deglución se acentúen, trayendo otras consecuencias, además de vigilar la debida alimentación que favorezca una mejoría en la nutrición y por ende, en la recuperación de la salud.
Debido a la presencia del COVID-19 en todo el mundo, miles de personas se han visto afectadas por las secuelas graves que deja este virus en el organismo. Se cree que esto tiene mucho que ver con el proceso de intubación orotraqueal, por el cual tienen que pasar los pacientes para recibir la alimentación y el debido tratamiento mientras están ingresados en los distintos hospitales y centros asistenciales.
Una intubación prolongada, donde los pulmones no están funcionando al cien por cien y donde inevitablemente el paciente pierde mucha masa corporal y algunas complicaciones de orden neurológico, pueden desencadenar una disfagia.
Una vez que el virus se instala en el cuerpo, puede causar daños a nivel cerebral, en la región central y periférica encargada de la deglución. Todo esto se maneja desde las estructuras neurológicas ubicadas en el cerebro, que le dan órdenes a nervios y músculos, pero si el COVID-19 ha provocado alteraciones, estas funciones se verán afectadas y entonces, el resultado final será la presencia de la disfagia.
Cabe destacar, que una vez que el paciente a pasado la peor etapa del COVId-19, será necesario un debido control y así evitar que los problemas de deglución se acentúen, trayendo otras consecuencias, además de vigilar la debida alimentación que favorezca una mejoría en la nutrición y por ende, en la recuperación de la salud.