Cómo vivir el desprendimiento
El desprendimiento −como todos los propósitos en la vida− es una decisión que se origina en el propio ser. Las siguientes son algunas ideas, aunque hay muchas otras que seguramente partirán del ingenio de quien quiera vivir este valor:
• La caridad empieza por casa. Alrededor nuestro suelen haber personas que necesitan algo de nosotros (consejo, compañía, protección, afecto, esparcimiento, colaboración, ayuda material, alimento…) y tal vez han pasado desapercibidas a lo largo del tiempo.
• No comprar por comprar, ni acumular bienes sin sentido. Un buen ejercicio, es inspeccionar en casa qué no necesitamos y a quién le podrían convenir esos objetos.
• La donación de tiempo y esfuerzo es igual o tal vez más valiosa que la monetaria. Ser voluntario en una entidad sin fines de lucro o institución que persiga un propósito social, es una forma estupenda de vivir el desprendimiento.
• Brindar una ayuda económica, según las posibilidades de cada uno, es otra opción que siempre caerá bien tanto a quien lo ofrece como a quien lo recibe.
• Transmitir a otros nuestro conocimiento, de forma que en un futuro, sean autónomos y puedan realizarlo sin nuestra ayuda.
• Regalar o donar un bien al que se sienta que se ha apegado.
• Procurar decir más veces “sí” cuando le pidan algo prestado sin poner pretextos de por medio.
“El desprendimiento es una actitud que enriquece, al contrario que apegarse al dinero y a las riquezas, que desola el corazón del hombre”
Recomendamos:
Cómo vivir la virtud del desprendimiento
Cuando la libertad y el desprendimiento te hacen felices
No codiciarás los bienes ajenos
----
[1] Padre Hugo Tagle en catholic. net.
[2] “Desprendimiento”, en encuentra. com.
[3] Del libro El desprendimiento de la riqueza, de Mario Pérez Luque.
El desprendimiento −como todos los propósitos en la vida− es una decisión que se origina en el propio ser. Las siguientes son algunas ideas, aunque hay muchas otras que seguramente partirán del ingenio de quien quiera vivir este valor:
• La caridad empieza por casa. Alrededor nuestro suelen haber personas que necesitan algo de nosotros (consejo, compañía, protección, afecto, esparcimiento, colaboración, ayuda material, alimento…) y tal vez han pasado desapercibidas a lo largo del tiempo.
• No comprar por comprar, ni acumular bienes sin sentido. Un buen ejercicio, es inspeccionar en casa qué no necesitamos y a quién le podrían convenir esos objetos.
• La donación de tiempo y esfuerzo es igual o tal vez más valiosa que la monetaria. Ser voluntario en una entidad sin fines de lucro o institución que persiga un propósito social, es una forma estupenda de vivir el desprendimiento.
• Brindar una ayuda económica, según las posibilidades de cada uno, es otra opción que siempre caerá bien tanto a quien lo ofrece como a quien lo recibe.
• Transmitir a otros nuestro conocimiento, de forma que en un futuro, sean autónomos y puedan realizarlo sin nuestra ayuda.
• Regalar o donar un bien al que se sienta que se ha apegado.
• Procurar decir más veces “sí” cuando le pidan algo prestado sin poner pretextos de por medio.
“El desprendimiento es una actitud que enriquece, al contrario que apegarse al dinero y a las riquezas, que desola el corazón del hombre”
Recomendamos:
Cómo vivir la virtud del desprendimiento
Cuando la libertad y el desprendimiento te hacen felices
No codiciarás los bienes ajenos
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[1] Padre Hugo Tagle en catholic. net.
[2] “Desprendimiento”, en encuentra. com.
[3] Del libro El desprendimiento de la riqueza, de Mario Pérez Luque.