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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Siglo XX...

Siglo XX

En 1904, el Palacio de Invierno deja de ser una residencia imperial. Desde el comienzo de la Primera Guerra Mundial en 1914, el museo pasa a ser un hospital, y las colecciones fueron trasladadas a Moscú para su seguridad. No volvieron hasta el año 1924. La administración del museo y el personal que trabajaba allí cambió mucho desde el año 1917, tras la Revolución rusa, y a partir de entonces se permitió trabajar allí a los no aristócratas. Tras un tiempo cerrado al público, al poco se volvió a abrir. El director del museo, en previsión por lo que podía ocurrir en el asalto al Palacio de Invierno, protegió las obras, que no resultaron dañadas en esa noche del 25 de octubre de 1917, cuando arrestaron al Gobierno Provisional. Cinco días después, se declaró al Museo Hermitage Museo Estatal, siendo, durante los cinco primeros años, su entrada gratuita. Además, se creó en el museo un centro cultural y se empezaron a traer exposiciones no permanentes de otros sitios.

Tras la revolución de 1917

Durante este siglo, el museo tuvo importantes pérdidas. Durante la década de 1920, se trasladaron 500 obras al Museo Pushkin de Moscú, para que el arte no estuviera tan centralizado en San Petersburgo. En los años 30, se trasladaron otras 70 obras, entre ellas pinturas de Rubens, Rembrandt o Tiziano. Sin embargo, el Hermitage también consiguió importantes bienes; durante estas mismas décadas se empezaron a nacionalizar los bienes que se encontraban en los palacios de la aristocracia rusa, y la mayoría de éstos fue a parar al Hermitage. Se recibieron todo tipo de obras de arte de los palacios imperiales, objetos arqueológicos del antiguo Egipto, documentos, monedas, arte de la época bizantina... Fue en esta época cuando, al aumentarse considerablemente su patrimonio, pasó de ser un museo de arte, a ser un museo de arte y cultura universal.

A mediados de la década de 1930, se produjeron una serie de ventas de cuadros al extranjero, lo que supuso una gran pérdida para el museo. El objetivo de estas ventas, según la postura oficial, era la financiación del propio estado. Según voces discordantes, estas ventas no pueden justificarse desde ningún punto de vista. Se vendieron más de 2800 cuadros, entre los cuales había 250 obras mayores y 50 obras maestras. Algunas piezas que no se vendieron volvieron al museo. Muchas de estas piezas fueron a parar a la National Gallery de Washington. Desde el año 1932 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, fueron saliendo obras menores del museo para ser vendidas o para distribuirse entre las distintas repúblicas soviéticas.

La Segunda Guerra Mundial

Con la invasión de las tropas alemanas a la URSS el 22 de junio de 1941, y su rápido avance hacia Leningrado, se inició la evacuación de las obras del Hermitage. Fue la mayor evacuación de obras de arte desde la ocurrida durante la Guerra Civil Española en el Museo del Prado. Miles de voluntarios se dedicaron a embalar más de un millón de obras, para trasladarlas en tren hasta Sverdlovsk, en los Urales. Dos trenes pudieron llegar a su destino, pero cuando estaban preparando el tercero, comenzó el asedio a la ciudad por los alemanes, que duró 900 días, y que produjo la muerte de dos millones de habitantes de la ciudad. Mientras, los conservadores que se quedaron se dedicaron a salvar y llevar al museo todos los bienes que encontraban en otros palacios, y a proteger al propio museo del frío y de la nieve y de los ataques aéreos. Además, sirvió de refugio contra las incursiones aéreas alemanas, y hasta 12 000 personas vivieron allí hasta las primeras evacuaciones, en el año 1942. Las obras trasladadas a Sverdlovsk llegaron bien y allí se creó una nueva sección del museo para mantener los objetos y cuadros. No se dañó ni se perdió absolutamente nada.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, el museo volvió a abrir sus puertas al público, con las obras evacuadas que volvieron a ser colocadas en su lugar de origen. Además, el museo tuvo que ser restaurado debido a todos los daños que había sufrido durante el asedio nazi, restauración que llevó varios años. En el año 1948, el Museo de Arte Contemporáneo Occidental de Moscú donó 320 obras de arte del siglo XIX y XX, entre las que se encontraban obras de Renoir, Matisse, Picasso, Monet, Van Gogh o Gauguin.

El Ejército Rojo, a su vuelta de Berlín, trajo numerosas obras de arte que acabaron en el Hermitage, sobre todo de obras impresionistas y postimpresionistas de colecciones privadas. Uno de los casos más importantes fue el del Altar de Zeus de Pérgamo, que fue llevado del Museo de Pérgamo en Berlín como botín de guerra, y que estuvo expuesto en el Hermitage hasta el año 1959. El museo y el ejército soviéticos recibieron muchas críticas por este robo de obras, pero el gobierno alegó que fueron como una mínima satisfacción por la destrucción por parte del ejército nazi de obras rusas de incalculable valor, como los palacios de Peterhof y Tsarskoye Selo. Además, el gobierno ruso ha prohibido por ley la devolución de las obras en caso de que se demuestre que los dueños financiaron económicamente al régimen nazi.