24. También para la mariología sirve la palabra del Concilio: "La sagrada teología se apoya, como en cimiento perenne, en la Palabra de Dios escrita, junto con la Sagrada Tradición, y en aquélla se consolida firmemente y se rejuvenece sin cesar, penetrando a la luz de la fe toda la verdad escondida en el misterio de Cristo" (Dei Verbum, 24). El estudio de la Sagrada Escritura debe ser, por tanto, como el alma de la mariología (cf. lb., 24; Optatam totius, 16).