La Congregación para la Educación Católica es particularmente sensible ante esta doble invitación del Magisterio. Por eso, con la presente Carta circular -dirigida a las facultades teológicas, a los seminarios y a otros centros de estudios eclesiásticos- pretende ofrecer algunas reflexiones sobre la Santísima Virgen y sobre todo hacer resaltar que el empeño de conocimiento y de búsqueda, y la piedad en relación con María de Nazaret, no pueden quedar reducidos a los límites cronológicos del Año Mariano, sino que deben constituir una tarea permanente: pues efectivamente permanentes son el valor ejemplar y la misión de la Virgen. La Madre del Señor es un "dato de la Revelación divina" y constituye una "presencia materna" siempre operante en vida de la Iglesia (cf. ib., 1. 25).