La batalla
Una vez enfrentados los dos ejércitos, ambos comandantes ordenaron a las tropas en orden de batalla, comenzando algunas escaramuzas aisladas, pero sin presentar batalla campal.[8]
Marcelo fue informado por algunos senadores de Nola de la existencia de conversaciones secretas del pueblo con los cartagineses, para traicionar a los romanos, por lo que decidió presentar batalla. Dividió su ejército en tres partes, cada una frente a una de las puertas de la ciudad, con su mejor legión y su caballería frente a la puerta central.[9] De repente, el prefecto romano dio orden de ataque, sorprendiendo al centro del ejército cartaginés, a la vez que también salieron los dos legados de Marcelo para atacar las alas enemigas.[10]
El estruendo generado hizo creer a los cartagineses que estaba siendo atacado por una fuerza superior. En el encuentro, según Tito Livio, murieron 2.800 cartagineses, y tan sólo 500 romanos.[11]
En aquel día, está registrada una empresa grande para aquella guerra. El hecho de no ser vencidos por Aníbal fue, en efecto, más difícil que vencerle después
Tito Livio, XXIII, 16.16
Una vez enfrentados los dos ejércitos, ambos comandantes ordenaron a las tropas en orden de batalla, comenzando algunas escaramuzas aisladas, pero sin presentar batalla campal.[8]
Marcelo fue informado por algunos senadores de Nola de la existencia de conversaciones secretas del pueblo con los cartagineses, para traicionar a los romanos, por lo que decidió presentar batalla. Dividió su ejército en tres partes, cada una frente a una de las puertas de la ciudad, con su mejor legión y su caballería frente a la puerta central.[9] De repente, el prefecto romano dio orden de ataque, sorprendiendo al centro del ejército cartaginés, a la vez que también salieron los dos legados de Marcelo para atacar las alas enemigas.[10]
El estruendo generado hizo creer a los cartagineses que estaba siendo atacado por una fuerza superior. En el encuentro, según Tito Livio, murieron 2.800 cartagineses, y tan sólo 500 romanos.[11]
En aquel día, está registrada una empresa grande para aquella guerra. El hecho de no ser vencidos por Aníbal fue, en efecto, más difícil que vencerle después
Tito Livio, XXIII, 16.16