Con un frasco de cierre hermético, que puede ser un bocal de conserva de frutas, lleno de agua del grifo y una red tupida, partiremos a esas manchas de agua estancada de jardines, parques o zonas aledañas a la ciudad. Tras cerciorarnos de la existencia de estos insectos, efectuaremos con la red un movimiento de recogida rápido. Las larvas y/o pupas, en su caso, son bien visibles y se depositan en el frasco que llevábamos preparado. Sólo debemos capturar la cantidad que pensemos que pueden consumir nuestros huéspedes.