La 'siembra' se efectúa a una profundidad pequeña cubriendo con menos de un dedo de vermiculita o el sustrato que utilicemos en cada caso. Sin encharcar el pocillo se riega hasta saturación, manteniendo el conjunto a una temperatura de 22 a 25º C. A los pocos días, según las especies de semillas enterradas, veremos cómo apuntan amarillentas las primeras hojitas.