Pero, además de todas estas constantes, que han de oscilar dentro de unos límites que conforman el estándar u óptimo de la belleza de cada tipo, una raza, para ser considerada como tal, debe transmitir a sus sucesores todas las características que la conforman, de manera homogénea y sin que se produzcan, con frecuencia, nacimientos de cachorros con muchas variaciones respecto del tipo ideal. Cumplidos estos requisitos necesarios y como respuesta a las peticiones de aficionados que esgrimen argumentos históricos y de diversa Indole, las asambleas pertinentes estudian la posibilidad de admitir oficialmente la 'nueva raza', en función de los puntos anteriormente comentados y del número de ejemplares existentes de ese tipo aún no reconocido.
