- ¿Quién llama? -preguntaron desde dentro.
-Abridme, hijitos míos. Traigo el canasto lleno de buenas cosas para comer -dijo el lobo con su voz más suave y fina.
-Abridme, hijitos míos. Traigo el canasto lleno de buenas cosas para comer -dijo el lobo con su voz más suave y fina.