Ocurrió que un día, un pobre faquir fue a ver al Rajá y le dijo:
-Tus plegarias han sido escuchadas y una de tus esposas tendrá un hijo.
Al oír esto la alegría del monarca no tuvo límites. Enseguida dio orden de preparar grandes fiestas para celebrar el feliz acontecimiento que se avecinaba y se dispuso a salir de caza, que era su distracción favorita.
-Tus plegarias han sido escuchadas y una de tus esposas tendrá un hijo.
Al oír esto la alegría del monarca no tuvo límites. Enseguida dio orden de preparar grandes fiestas para celebrar el feliz acontecimiento que se avecinaba y se dispuso a salir de caza, que era su distracción favorita.