Rumpelstiltskin
Erase una vez un molinero que siempre andaba jactándose. Decía que él molía la harina más fina, que su mujer preparaba las tartas más sabrosas y que su gato era capaz de atrapar a un millar de ratones en un solo día. Pero sobre todo estaba orgulloso de su hija Eloísa.
Erase una vez un molinero que siempre andaba jactándose. Decía que él molía la harina más fina, que su mujer preparaba las tartas más sabrosas y que su gato era capaz de atrapar a un millar de ratones en un solo día. Pero sobre todo estaba orgulloso de su hija Eloísa.