-Ahora, desagradecida, verás lo que puedes hacer sin mí -chilló la bruja.
Voló con Melisa a un valle solitario y la abandonó allí, sola y sin recursos.
Más tarde, al caer la noche, la bruja volvió a la torre a esperar al príncipe.
Después de un rato, le oyó gritar:
- ¡Melisa, Melisa, tírame la trenza!
Voló con Melisa a un valle solitario y la abandonó allí, sola y sin recursos.
Más tarde, al caer la noche, la bruja volvió a la torre a esperar al príncipe.
Después de un rato, le oyó gritar:
- ¡Melisa, Melisa, tírame la trenza!