El cerdito, temblando de miedo, salio corriendo y entro en la casa de madera de su hermano. El lobo le siguio. Y delante de la segunda casa, llamo a la puerta, y dijo: – ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplare y tu casa tirare! Pero el segundo cerdito no la abrio y el lobo soplo y soplo, y la cabaña se fue por los aires.