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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Otra vez, el zorro le entregó tres granos de oro: uno...

Otra vez, el zorro le entregó tres granos de oro: uno para el guarda, otro para los aposentos de la princesa y otro para su cama. Una nueva advertencia acompañó a los granos, y era que, por nada del mundo, debía besar a la princesa. El príncipe de nuevo falló en su cometido, y su beso a la princesa la hizo despertar. Encarcelado y juzgado, el joven debía de nuevo declarar sí a todo lo que le cuestionasen, incluso si era un experto ladrón. El rey de este reino también le concedió perdón, bajo la condición de que le portase, del reino adyacente, el caballo con las cuatro herraduras doradas.