Era Laddy, su perro! “ ¡Oh!”, dijo Bobby. “ ¿También quieres que te lavemos la cara?” Entonces llegó mamá. “Lo veis”, dijo, “él sabía que ya era hora de que os levantarais”. Betty corrió hacia mamá para que le abrochara el último botón. “Has ganado, Bobby”, dijo. Y tiró de las orejas de Laddy. “Pero habría ganado yo, si no te hubiera dejado entrar, perro travieso”, dijo.