ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: — ¡Jesús! —gritó el profesor, medio muerto de miedo—....
— ¡Jesús! —gritó el profesor, medio muerto de miedo—. ¡Es uno de esos aviones grandes y se dispone a aterrizar! ¡Ojalá me hallara en tierra sano y salvo y pudiera comer algo apetitoso!