— ¿Significa eso que podré hacer lo que quiera? —preguntó León.
— Pues sí, señor, mas ahora debéis acompañamos para ser coronado.
Y le condujeron hasta un carruaje tirado por seis caballos tordos.
Durante el camino, León tuvo que pellizcarse y pellizcar a su conejo para asegurarse de que aquello sucedía realmente.
— Pues sí, señor, mas ahora debéis acompañamos para ser coronado.
Y le condujeron hasta un carruaje tirado por seis caballos tordos.
Durante el camino, León tuvo que pellizcarse y pellizcar a su conejo para asegurarse de que aquello sucedía realmente.