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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: El flautista interrumpió sus órdenes al decirle:...

El flautista interrumpió sus órdenes al decirle:

– Creo, señor alcalde, que ha llegado el momento de darme mis mil florines.

¡Mil florines! ¡Qué se pensaba! ¡Mil florines!

El alcalde miró hoscamente al tipo extravagante que se los pedía. Y lo mismo hicieron sus compañeros de corporación, que le habían estado rodeando mientras mandoteaba.