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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: — ¿Y no podría alguien dar muerte al Minotauro? —preguntó...

— ¿Y no podría alguien dar muerte al Minotauro? —preguntó Teseo.

—Nadie ha salido nunca del laberinto con vida. O les mata el Minotauro, o se pierden para siempre en el laberinto.

Teseo regresó corriendo al puerto y se acercó al barco de las velas negras, donde aguardaban los muchachos y las doncellas. Sus familiares y amigos seguían sollozando en el muelle.

— ¡Pueblo de Atenas! —gritó Teseo—. ¡No lloréis, yo iré a Creta para acabar con el Minotauro!

Con estas palabras, Teseo subió a bordo y zarpó rumbo a Creta.