Así pues, siguieron buscando, riéndose y jugando, mientras se internaban cada vez más en el bosque. De pronto se detuvieron; alguien lloraba a lo lejos.
- ¡Vaya! -exclamó Petronila- Parece que alguien necesita ayuda.
-Sí, viene de allá -dijo Palitroque-. Date prisa. Vamos por este valle, es un atajo.
- ¡No! -gritó Petronila-. ¡Mira el cartel!
- ¡Vaya! -exclamó Petronila- Parece que alguien necesita ayuda.
-Sí, viene de allá -dijo Palitroque-. Date prisa. Vamos por este valle, es un atajo.
- ¡No! -gritó Petronila-. ¡Mira el cartel!